Aukeran Dantza lleva a Sarobe el preestreno de la obra 'Maurizia'

Bajo la dirección de Edu Muruamendiaraz, este atractivo espectáculo se puede disfrutar hoy desde la ocho de la tarde

La Compañía de Danza Aukeran ofrecerá hoy, a las 20.00 horas, el preestreno de su obra 'Maurizia' en el Centro de Artes Escénicas Sarobe, de la localidad. Los urnietarras tendrán ocasión de poder disfrutar de este espectáculo de dantza después de que, a mediados de diciembre del año pasado, pudieran hacerlo de un ensayo abierto que contó con una muy buena asistencia de público.

El espectáculo que se desarrolla hoy en Sarobe cuenta con una amplia ficha artística. La dirección corre a cargo de Edu Muruamendiaraz, y la de escena cuenta con Ainhoa Aierbe. Se trata de una obra con texto de Karmele Jaio; el diseño de iluminación es de Carlos Solano; Eli Alberdi, como asistente de dirección y Edu Muruamendiaraz Aukeran Dk, responsable de la coreografía. Junto a ello, las coreografías contemporáneas han corrido a cargo de Ane Anza. El grupo de bailarines está formado por Ane Anza, Garazi Egiguren, Ander Errasti, Ioritz Galarraga, Eneko Galdos, Ione Iriarte, Ekain Kazabon, Oier Laborde, Olatz Oribe, Uxue Urruzola, Itziar Uzkudun.

Sinopsis

Antes de salir a la plaza, Maurizia acerca la pandereta al fuego para calentar su piel. Lo hace con cuidado, porque la vida le ha enseñado que el calor no siempre es dulce, que las llamas, como las pasiones, pueden quemarte si te acercas demasiado.

Cuando escucha las primeras notas de la alboka, levanta la barbilla. Sus dedos comienzan entonces a dar vida a ese trozo de piel, madera y chapa y en el enérgico movimiento de su mano parece entonces ver muchas manos, manos de mujeres a punto de echar a volar. Su voz de repente lo inunda todo y se convierte también en muchas voces, voces de mujeres que hablan de alegría, orgullo, fuerza, pasión. Y también de miedo, rabia, ansia de libertad, dolor. Porque todas esas voces de mujeres son al mismo tiempo carcajada y quejido, celebración y denuncia.

Como señalan desde la compañía, «bajo el efecto de su embrujo, los protagonistas sienten que tienen un gorrión atrapado en el hueco de sus costillas, un pequeño pájaro que comienza a dar saltos, intentando salir de su cárcel de hueso. Y el temblor que produce hace reír y llorar al mismo tiempo, porque se reconoce como propios el orgullo y la alegría que desprenden esas voces, al igual que su dolor y su miedo. Las voces diversas pellizcan la piel, frotan las cicatrices que la vida ha marcado a fuego en ella, y me dicen; despierta, alza esa barbilla, mira de frente a la vida y cántala, celébrala, ríete con la dicha, enfréntate a las penas».

«Es entonces cuando me parece reconocer mi voz entre ellas, cuando me parece ver mi mano entre el abanico de dedos que golpean la pandereta. Y entonces lo entiendo: yo soy Maurizia. Yo también soy Maurizia. Y como ella, estoy preparada para salir a la plaza», culminan.