Fue el 21 de septiembre de 1774. Ese día abrió sus puertas la conocida como Escuela Gratuita de Dibujo a iniciativa de la Real Sociedad Bascongada del País. Fue el germen de lo que hoy se conoce como la Escuela de Artes y Oficios de Vitoria (esta denominación se estableció en 1889), por cuya sede actual, abierta en 1923, pasan cada semana un millar de personas de muy diferentes edades para formarse en distintas materias, desde la fotografía a la escultura con madera, pasando por vídeo, pintura... 

Así, el 21 de septiembre de 2024, el centro soplará 250 velas, que se dice pronto. Hace diez años, en el 240 aniversario, el Parlamento Vasco declaró a la escuela Patrimonio Cultural Inmaterial de Gasteiz, una de las pocas alegrías que en ese momento se pudo dar el centro, ya que la crisis económica redujo casi a la mínima expresión, los actos previstos por tan significativa fecha. Los pocos que se llevaron a cabo fueron gracias al impulso de su alumnado y profesorado.

Hace diez años, en el 240 aniversario, el Parlamento Vasco declaró a la escuela Patrimonio Cultural Inmaterial de Gasteiz

Ahí, de hecho, está el gran valor que a lo largo de estos dos siglos y medio ha atesorado el proyecto formativo y cultural. Infinita y significativa es la lista de personas que han construido la historia del centro desde los Fernando de Amárica, Ignacio Díaz de Olano, Gustavo de Maeztu... hasta los actuales Koldo Mendaza, Juan Arrosagaray y Nuria Pérez-Cárcamo pasando por los Rafael Lafuente, Modesto Lomba, o Juan Mieg, por citar solo unos pocos nombres.

Foto de familia de los alumnos de los talleres de Arte Madera y Arte +55 de la Escuela de Artes y Oficios que participaron en la exposición 'Palets. Espacio público, arte público'

Foto de familia de los alumnos de los talleres de Arte Madera y Arte +55 de la Escuela de Artes y Oficios que participaron en la exposición 'Palets. Espacio público, arte público' Archivo DNA

Institución de referencia

Hoy, aunque el espíritu se mantenga, el objetivo de Artes y Oficios se ha amoldado y transformado. Ya no cuenta, por ejemplo, con ese afán de formación profesional que en la década de los años 70 del siglo XX le llevó a ser uno de los primeros lugares donde se comenzaron a dar clases de informática

Artes y Oficios expone 'A través de la ventana' en el Campus de Álava

Es más, la irrupción de los centros cívicos en la capital alavesa hizo que en la última parte de la pasada centuria muchas voces pusieran en duda la necesidad de su continuidad. Con todo, la escuela ha sabido y podido resistir a los diferentes avatares externos e internos vividos en estos 250 años. También los cantos de sirena sobre la parcela que acoge su actual sede.

Alumnado de la escuela en una acción conjunta con la Asociación de Amigos del Museo de Bellas Artes de Álava

Alumnado de la escuela en una acción conjunta con la Asociación de Amigos del Museo de Bellas Artes de Álava Iñigo Foronda

La realidad es que la Escuela de Artes y Oficios es un eje de referencia para la propia historia de la capital alavesa, un centro cuyo objetivo primordial en 2024 es “acercar a cualquier persona que lo desee al mundo del arte, de la creación y del disfrute artístico, a través del ejercicio de sensibilidad que día a día tiene lugar en sus aulas”.

El nacimiento el 21 de septiembre de 1774 de la Escuela Gratuita de Dibujo marca el particular cumpleaños del centro

Así lo recogen las instituciones que en estos momentos componen su patronato, el Ayuntamiento de Vitoria y la Diputación Foral de Álava. De los presupuestos de ambas y de lo que aporta el alumnado a través de sus matrículas –los y las estudiantes son la segunda fuente de financiación más importante tras el Consistorio– sale el presupuesto anual del centro. 

En el montaje de la exposición 'Cosas que nunca te dije' en la desaparecida sala Luis de Ajuria

En el montaje de la exposición 'Cosas que nunca te dije' en la desaparecida sala Luis de Ajuria Alex Larretxi

No destinan recursos económicos pero sí están presentes en el patronato tanto la ya mencionada Real Sociedad Bascongada del País como la Cámara de Comercio de Álava. Todo ello sin perder de vista la labor que desarrolla el claustro de profesores –son, en total, 16 personas en estos momentos– así como el personal no docente.

Vista de una de las salas de la escuela hacia 1920. Imagen de la colección Baraibar-Elorza (Photo Araba-Jabi Soto Madrazo).

Vista de una de las salas de la escuela hacia 1920. Imagen de la colección Baraibar-Elorza (Photo Araba-Jabi Soto Madrazo).

Hacia el exterior

Tampoco hay que olvidar que la escuela no es solo un lugar donde formarse. También es un espacio expositivo. Uno para el propio alumnado pero también para artistas de fuera. Aquí, de nuevo, el listado de nombres sería imposible de resumir.

Acto de celebración de los 240 años de la escuela con la colaboración del Conservatorio de Danza José Uruñuela y el Conservatorio de Música Jesús Guridi

Acto de celebración de los 240 años de la escuela con la colaboración del Conservatorio de Danza José Uruñuela y el Conservatorio de Música Jesús Guridi Jorge Muñoz

Además, la escuela ha expuesto y muestra sus creaciones en otros emplazamientos de la capital alavesa. Pasa ahora, por ejemplo, en el Pabellón Universitario del Campus de Álava pero ha sucedido además en lugares como la librería Zuloa o las salas dependientes de Fundación Vital, entre otros sitios.

A esto hay que añadir la colaboración constante con otras entidades de la ciudad. Desde proyectos como Pompa 945 hasta centros como los conservatorios Jesús Guridi (música) y José Uruñuela (danza), el alumnado de Artes y Oficios siempre se ha mostrado abierto a encontrarse con terceros. Todo ello ha ayudado a asentar la imagen del centro, aunque hoy en día siga siendo un desconocido para una parte de la sociedad alavesa.

La Escuela de Artes y Oficios y el Conservatorio José Uruñuela en Santa Catalina 27

La Escuela de Artes y Oficios y el Conservatorio José Uruñuela en Santa Catalina

Desde vídeo a contabilidad

Sin irse a los tiempos de la Escuela Gratuita de Dibujo –que se cerró en 1808 por orden de Thouvenot, general en jefe del Gobierno de Vizcaya durante la invasión francesa–, lo cierto es que el paso de los años y las diferentes necesidades sociales han ido marcando la propuesta formativa de la escuela en estos dos siglos y medio de camino.

Aquí se han dado clases de informática, euskera, contabilidad mercantil, corte y confección, forja de hierro, pintura, grabado, vídeo... De hecho, el futuro marcará la llegada, a buen seguro, de nuevas asignaturas que sumar. Tal vez no esté tan lejos el día en el que haya entre estas paredes una formación, por ejemplo, sobre Inteligencia Artificial aplicada al arte. El mañana dirá. El hoy debe servir para poner en valor el ayer, ese recorrido histórico de 250 años, y para reivindicar el presente de la Escuela de Artes y Oficios.