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Artes escénicas, el bachillerato de la discordia

El bachillerato de Artes escénicas, música y danza ha sido una modalidad de estudios que ha pasado casi desapercibida para la mayoría desde que comenzó en 2008 hasta la reforma liderada por el ministro de Educación, José Ignacio Wert, quien propuso en un primer momento su desaparición.
Egilea
EFE
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Diario de Navarra
Tokia
Madrid
Mota
Erreportajea
Data
2012/12/25
Lotura
Diario de Navarra

Pero, ¿en qué consiste este bachillerato que sacó a sus defensores a la calle, qué alumnos se decantan por él y dónde se puede estudiar?. Efe ha hablado con algunos protagonistas de este bachillerato que creó discordia hace unas semanas, y que finalmente no va a desaparecer porque se ha decidido dar a los centros la posibilidad de ofertarlo.

La presidenta de la Confederación de Asociaciones de Educación Musical (Coaem), Blanca Domínguez, señaló que en España hay 8.000 alumnos que estudian el bachillerato de Artes escénicas, lo cual contrasta con los datos oficiales facilitados por Educación, que los cifran en 2.000.

Este baile de cifras está ocasionado, según Domínguez, porque la implementación de estos estudios se ha realizado desde las comunidades autónomas y el Ministerio no ha tenido un seguimiento "certero" de los datos.

El director del Instituto Rayuela de Móstoles (Madrid), Daniel Río, explicó que ahora conviven el bachillerato de Artes Escénicas con el de Artes plásticas y que se fusionarán en la reforma en un único denominado "Bachillerato de Artes".

El último borrador del anteproyecto de Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (Lomce) mantiene un tronco común con el resto de bachilleratos a través de asignaturas como lengua o filosofía, y luego los alumnos podrán elegir entre varias asignaturas específicas y de especialidad -las que pueden ofertar opcionalmente los centros y las autonomías-.

Para Domínguez se sigue dando un excesivo "peso" a las humanidades frente al arte, al tiempo que critica que entre las asignaturas específicas las materias relacionadas con el arte -análisis musical, dibujo artístico o historia de la música y de la danza- quedan un poco "diluidas" y aportan poca "opción" para la especialización.

"Nuestras dudas con el anteproyecto son todas porque no creemos que vaya a garantizar una formación superior al antiguo bachillerato de Artes escénicas, ya que depende en gran medida de la oferta educativa de cada centro", comentó Domínguez.

El director del Rayuela, uno de los institutos más especializados en este bachillerato, consideró que la mezcla entre Artes escénicas y plásticas "no sería buena" ya que la motivación artística de una persona a la que le gusta la pintura es "totalmente diferente" de aquella a quien le interesa la música.

Ainhoa, estudiante de 17 años en el citado instituto, considera que debería haber una diferencia entre los estudios artísticos al igual que ocurre con las ciencias, divididas entre las modalidades de tecnología y salud.

"Si tengo que añadir asignaturas de otra rama artística que no me gustan pierdo horas de estudio de lo que me interesa, por lo que creo que unir ambos bachilleratos será una chapuza", aseguró. 

Preguntada sobre qué piensa hacer una vez termine el bachillerato de Artes escénicas -el actual modelo dura dos años-, Ainhoa cree que estudiará Magisterio, a pesar de que lo que le gusta es la música y toca el violín, porque en las universidades públicas la oferta educativa en arte es "limitada".

Domínguez resaltó que en sus cuatro años de vida el bachillerato de Artes escénicas ha tenido una demanda sostenible y, así, en el instituto Rayuela, alrededor de 180 personas cursan este bachillerato y cada año se inscriben entre 70 y 90 nuevos alumnos.

En la Comunidad de Madrid la demanda sí que ha aumentado ya que en 2008 había tan solo cinco institutos que lo ofertaban y, a día de hoy, se puede cursar en siete centros, ha dicho Río.

Por otro lado, Domínguez opinó que la formación artística es una rama "muy denostada" en España y que la sociedad desconoce que es uno de los sectores en el que el paro es "prácticamente inexistente".

"La gente piensa que esto es solo para los que quieren cantar o bailar" pero existen muchas salidas profesionales como puede ser técnico de teatro, periodista cultural o trabajar de encargado de las actividades de ocio en un ayuntamiento, afirmó Daniel Río.

"Pedimos que si uno de los propósitos del preámbulo de la Lomce es desarrollar los talentos de cada uno, se disponga de un espacio propio y coherente que permita fomentarlos", sentenció Domínguez.

Dos bailarines de danza se ejercitan durante una sesión de entrenamiento. EFE

Dos bailarines de danza se ejercitan durante una sesión de entrenamiento. EFE

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