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Arteleku, en la encrucijada

Arteleku abandonará en marzo su edificio de Txomin Enea, que será derribado por razones urbanísticas. Algunos servicios se trasladarán al convento de Santa Teresa, pero otros, según denuncian varios usuarios, parecen condenados a desaparecer.
Egilea
Juan G. Andrés
Komunikabidea
Noticias de Gipuzkoa
Mota
Albistea
Data
2014/02/23
Lotura
Noticias de Gipuzkoa

 

Durante 27 años, Arteleku ha sobrevivido estoicamente a los vaivenes políticos, sociales y culturales de Gipuzkoa, e incluso ha sabido sobreponerse a las inundaciones que en 2011 dañaron una parte importante de su patrimonio. Su sede en el barrio donostiarra de Txomin Enea, un edificio que antes de 1987 fue fábrica de piensos y almacén de suministros eléctricos, ha dado cobijo a cientos de creadores que han alumbrado en sus instalaciones todo tipo de arte de vanguardia.

Ahora, la reordenación urbanística de Txomin, pensada para evitar los daños que puedan ocasionar a los vecinos nuevos desbordamientos del río Urumea, convierte en inevitable el derribo del edificio. Sus inquilinos deberán abandonarlo el próximo mes de marzo, un momento clave en la actual encrucijada de Arteleku.

La Diputación de Gipuzkoa, institución que gestiona el centro, anunció en enero de 2013 que Arteleku trasladaría Dantzagunea a la remozada panificadora Lekuona de Errenteria, mientras que el resto de servicios se llevarían al convento de Santa Teresa, inmueble ubicado en la Parte Vieja donostiarra y que también es propiedad del ente foral.

Pero un año después las cosas no parecen estar tan claras. De momento, lo único cierto y confirmado es que en marzo el servicio foral de danza (Dantzagunea) quedará temporalmente instalado en el centro Niessen de Errenteria, a la espera del traslado definitivo a Lekuona en 2015 o 2016. Sin embargo, y en contra de lo que se pensaba, el resto de proyectos y servicios de Arteleku no entrarán todos en el convento y, lo que es peor, varios de ellos probablemente desaparecerán.

Así lo ha denunciado un grupo de usuarios de Arteleku que la semana pasada envió una carta a la prensa para alertar de los peligros que se ciernen sobre el centro. Por un lado, advierten de que la Diputación va a diseminar las instalaciones "a lo largo de la geografía guipuzcoana" y que servicios como los talleres de litografía y serigrafía podrían ser trasladados a la Escuela de Arte de Deba. Por otro, uno de los hechos que más preocupa a los creadores es la previsible desaparición de los más de 20 espacios de cesión que usan para desarrollar sus proyectos y que, al parecer, no tendrán cabida en Santa Teresa ni en ninguna otra ubicación.

De momento, el departamento foral de Cultura prefiere guardar silencio ante estos posibles cambios y supresiones. Consultadas por este periódico, fuentes del área que dirige la diputada de Cultura, Ikerne Badiola, se limitaron a asegurar que la Diputación trabaja "de forma concienzuda" en la "redistribución" y "reconfiguración" de los servicios de Arteleku. Previsiblemente, la nueva hoja de ruta incluirá "cambios importantes" en el funcionamiento del centro y en pocas semanas será presentada por Badiola ante las Juntas Generales. Por ello, a día de hoy, las pocas pistas sobre el futuro son las que algunos usuarios recibieron hace unos días en una reunión con la jefa del servicio de Arteleku, Esther Larrañaga.

"Se van a cargar 30 años de trabajo artístico"

Ante la incertidumbre y la inminencia del cierre, algunos artistas han comenzado a movilizarse. Es el caso de Ebi Soria (música, performance, instalaciones) Naroa Pérez Iguaran (fotografía), María Alonso (teatro y performance), Sophie Dubs (danza y performance), Virginia Ameztoy (estampación textil y diseño), Amaia Estanga (diseño gráfico y textil) y Chuneta (pintura), que por poco más de 40 euros al mes utilizan los espacios de cesión que Arteleku va a suprimir.

Algunos de esos espacios son individuales y están repartidos por la primera planta. En la segunda, una luminosa estancia abierta alberga los estudios de una decena de artistas que practican disciplinas como la pintura, la escultura o el diseño textil. "Aquí casi todos hemos colaborado con todos. Es la parte más bonita e importante del trabajo interdisciplinar, que se fermenta algo muy bonito", dicen antes de poner varios ejemplos de colaboración: "Para una performance, puedes necesitar la ayuda de un artista digital, una coreógrafa o un pintor, y aquí están todos a mano". Pero con el "desmembramiento" de Arteleku, "se van a cargar 30 años de trabajo artístico y pedagógico".

A juzgar por la "información a medias" que han recibido de la Diputación, al convento de Santa Teresa solo se trasladarán las oficinas, la mediateca y los proyectos multimedia (Audiolab, el laboratorio de imagen en movimiento o el de arte y tecnología). Y salvo los talleres de litografía y serigrafía, que irían a Deba, la creación relacionada con las artes plásticas (pintura, escultura, diseño textil, etc.) o el laboratorio de fotografía parecen condenados a desaparecer. "Nos han dicho que el nuevo Arteleku -ni siquiera sabemos si se llamará así- irá más al formato de talleres multimedia, tecnología, programación o creación de videojuegos. Parece que quieren relegar las artes plásticas y limitarlo todo al arte de oficinista y ordenador, como si les diera miedo manchar", se quejan.

También se les ha comentado que en el futuro se dará prioridad a las "grandes conferencias" de artistas consagrados, pero ellos creen que "también hay que mantener espacios donde poder crear". "Nos preocupa que quieran importar artistas cuando sería más necesario favorecer la creación y formación de los mismos. La gente cree que solo hay residencias de artistas en Berlín, pero las tenemos aquí, ¡en Txomin!", dicen antes de añadir: "Mucho Donostia 2016, capital cultural europea, pero nosotros nos vamos a la mierda".

Sabedores de que falta poco más de un mes para el cierre, algunos de los artistas que ocupaban los espacios de cesión han empezado ya a desalojarlos y a llevarse sus materiales para buscar otros lugares donde seguir creando. Pese a todo, el grupo que ya ha comenzado a organizarse para encontrar una solución no pierde la esperanza y confía en la "buena voluntad" mostrada por la diputada Ikerne Badiola, que prometió recibirles junto a técnicos del Ayuntamiento que les explicarán el porqué del derribo.

Los artistas entienden que este es inevitable por motivos urbanísticos y se hacen cargo de las necesidades de los vecinos, pero les gustaría "intentar una propuesta conjunta" y negociar "una alternativa" a la disgregación de Arteleku y la desaparición de los espacios de cesión, que podrían instalarse en "cualquier otro edificio" de titularidad foral. Según dicen, la Diputación no les ha tenido en cuenta al diseñar el futuro de Arteleku: "No se han pasado por aquí, no han venido a ver cómo trabajamos ni nos han preguntado por nuestras necesidades".

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Naroa Perez Iguaran, María Alonso del Val, Sophie Dubs, Ebi Soria, Virginia Ameztoy y Amaia Estanga, el pasado viernes en los espacios de cesión de la segunda planta de Arteleku.

Naroa Perez Iguaran, María Alonso del Val, Sophie Dubs, Ebi Soria, Virginia Ameztoy y Amaia Estanga, el pasado viernes en los espacios de cesión de la segunda planta de Arteleku. Fotografías Iker Azurmendi

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