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Arístegui baila entre novatos y expertos
El artista cuenta con dos décadas de experiencia
Mikel Arístegui tiene una gran trayectoria y experiencia en la danza, sin embargo, no ha reservado su pericia para la élite. El trabajo con los novatos, le aporta autenticidad, dice el artista.
También ha incursionado en la enseñanza de danza a personas con discapacidad, como herramienta de liberación, y asegura que en Costa Rica se puede hacer lo mismo.
Arístegui estuvo en el país como plato fuerte del XVIII Encuentro Centroamericano y del Caribe para el Estudio de la Danza Contemporánea, que se efectuó entre el 14 y el 25 de junio en la Universidad Nacional. Este es un extracto de la entrevista con Viva.
¿En qué consisten las clases que está impartiendo en Costa Rica?
Estoy dando una técnica de improvisación que está basada en el diálogo a través del movimiento y la comunicación del cuerpo. Es un poco abstracto, sin caer en la pantomima o en la danza-teatro.
¿Cuál ha sido la respuesta de los bailarines costarricenses?
Los estudiantes me sorprendieron muy positivamente porque se han abierto en seguida al tipo de trabajo que hago. Estoy muy satisfecho.
Usted se ha formado en varios tipos de expresión como el teatro, el circo y acrobacia. ¿Qué le aportan esas técnicas?
El bailarín de hoy tiene que ser capaz de hacer varias técnicas al mismo tiempo. Hay una gran mezcla interdisciplinaria.
¿Qué le aporta, a un bailarín con tanta experiencia, el trabajo con principiantes?
A mí me aporta mucha autenticidad porque de alguna manera no tienen cánones establecidos a la hora de moverse. Normalmente el hecho de tener una escuela, también te pone un sello.
Usted también se ha interesado en trabajar con personas con discapacidad ¿En qué consiste ese esfuerzo?
En el momento en que un cuerpo con discapacidad llega a liberarse y aceptar esa discapacidad, la manera de comunicar el movimiento es mucho más emotiva. Verlo desde afuera como observador y participar en esa transformación es algo muy grato.
¿De dónde nace el deseo de trabajar con personas con esas características?
A partir del momento en que me di cuenta de que el trabajo que hacía personalmente a la hora de impartir clases venía indirectamente a ser un trabajo curativo.
La danza como herramienta de expresión para personas con discapacidad aún no se ha abarcado mucho aquí. ¿Cuál debería ser el punto de partida?
Los bailarines necesitan un apoyo institucional. En principio tendría que ser el Estado o incluso una institución privada que pueda abrir la convocatoria en un hogar de ancianos. A los artistas muchas veces nos gusta disfrutar del arte y decimos que si no hay dinero, igual lo hacemos. Eso es un error porque a la larga no ayuda nada. Lo que hay que hacer es presionar a las instituciones para que den apoyo.
Arístegui nació en San Sebastián, España, y actualmente reside en Alemania.Volker Roloff para ln
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