Eduardo Isola Ansalas creció en un hogar de vascos. Es nieto de Francisco Ansalas, uno de los fundadores y primer presidente del Centro Vasco de Arrecifes, y cuenta a EuskalKultura.eus que, a poco de mudarse a Junín, participó en la procesión de San Ignacio. No dudó en acercarse a un hombre que portaba una ikurriña, que resultó ser un antiguo socio de la casi desaparecida Euskal Etxea juninense. A partir de ese encuentro se gestó la decisión de reactivar Arbola Bat. Comenzaron a trabajar, recuperaron datos y documentación, contactaron con antiguos socios, comenzaron a convocar a nuevos adherentes y hoy, tras dos años, tienen 70 inscriptos y una comisión directiva provisoria activa de 15 personas.
Procesión, bailes vascos y paella
El pasado domingo 28 de julio, temprano a la mañana, montaron un stand en la plaza 25 de Mayo, la principal de la ciudad, frente a la Iglesia San Ignacio de Loyola. Allí expusieron algunos materiales informativos, literatura vasca, libros acerca de los apellidos vascos e invitaron a los vecinos a incorporarse a la Euskal Etxea. Además, ahí mismo, y a la vista de todo el público, prepararon una paella para 100 personas.
Los socios de Arbola Bat prepararon una paella gigante
Finalizado el festival, integrantes de Arbola Bat de Junin y de Euskaldunak Denak Bat de Arrecifes compartieron una merienda
A las 15 hs., partió la procesión, con la imagen del santo escoltada por los y las 36 dantzaris arrecifeños. Finalizado el recorrido, en el atrio y frente a la iglesia, sobre la calle Benito de Miguel, comenzó la exhibición de danzas vascas, a cargo de los grupos de dantzaris Irrifarra y Alaitasuna, de Euskaldunak Denak Bat. Ofrecieron un Aurresku a San Ignacio y bailaron luego Azkoitia y Ezpatadantza. Posteriormente, se presentaron un grupo de danzas modernas, de folclore argentino, tango y cumbia. Finalizado el festival, los integrantes de ambas euskal etxeak compartieron un té, junto al párroco y demás miembros de la parroquia San Ignacio.
Enhorabuena, zorionak, a los vascos y vascas del Arbola Bat de Junín por su esfuerzo y apuesta de futuro. Y a los de La Vasca de Arrecifes, por su actitud solidaria y colaborativa que hace honor a su centenaria historia y a su nombre, Euskaldunak Denak Bat, toda una proclama de unión y hermandad vasca.