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Antonio Márquez regresa con una 'apasionada' mezcla de flamenco y danza española
El coreógrafo y bailarín sevillano vuelve con su compañía tras su participación en la gala de Lucía Lacarra en noviembre
Antonio Márquez recalca que la compañía que dirige no
sólo baila flamenco, sino, también interpreta danza española. «La danza
española tiene cuatro estilos: flamenco, clásico español, escuela
bolera y folclore. Dentro del folclore, se encuentran estilos tan
variados como el aragonés, el gallego o el vasco. Cuando se habla de
danza clásica española, hay quien quiere ver un tutú y nada más lejos.
La danza española tiene su propia escuela, sus coreografías y su propia
nomenclatura de los pasos», insiste. Y habla con conocimiento de causa,
porque bien aprendió esa diferenciación durante su etapa de estudios en
la Escuela del Ballet Nacional, compañía en la que alcanzó el rango de
primer bailarín, durante casi una década de trabajo en la que triunfó
en roles como Los Tarantos o Don Juan Tenorio.
De su versatilidad y duende escénico dan fe los éxitos conseguidos en
la interpretación de personajes tan distintos como Jason en Medea o el Molinero en El sombrero de tres picos, así como sus actuaciones con la obra el Zapateado de Sarasate,
que tantos aplausos ha cosechado en galas y espectáculos de medio
mundo, pieza que, precisamente, interpretó en su última estancia
donostiarra, dentro del espectáculo que ofreció Lucía Lacarra, en el
renovado Victoria Eugenia, el pasado mes de noviembre.
En esta ocasión, Márquez viene a Donostia con su propia compañía. Sobre el escenario, catorce bailarines y cinco músicos. Tras el Ballet de Víctor Ullate que celebra veinte años, la Compañía de Antonio Márquez es la segunda formación privada de danza más antigua de España. Algo que se sólo se consigue con «tesón, trabajo y honestidad». Asegura no plantearse el futuro y confiar en «el trabajo y la salud», pero tiene claro que va a salir con la intención de dejar el pabellón muy alto en el Victoria Eugenia, porque «en contra de lo que se dice, el público donostiarra ha sido muy cálido conmigo y nunca se sabe cuánto tiempo van a tardar en programarte en un sitio», concluye. Y sabe bien de lo que habla. La última vez que actuó en Donostia con su compañía fue en 2002, dentro de 63 edición de Quincena Musical.
LA PROPUESTA
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