Antonio Gades lleva Fuenteovejuna al Kursaal por primera vez

Antonio Gades montó el ballet Fuenteovejuna en 1994 para su propia compañía artística. Se estrenó en la Opera de Génova y en España pudo verse por primera vez en el teatro de la Maestranza de Sevilla, en 1995. «El Ballet Nacional ha venido a San Sebastián precisamente desde el teatro sevillano, donde hemos vuelto a representar la obra», explicó Elvira Andrés.



Contar una historia



Cuando Antonio Gades se puso a trabajar en Fuenteovejuna ya había creado otros ballets como Carmen, Fuego o el Amor brujo, pero sentía la necesidad de seguir contando historias a través de la danza. «Estoy convencido de que con el baile había que contar historias, no sólo ofrecer un espectáculo en abstracto», afirmó el coreógrafo. «Llamé a mi amigo Pepe Caballero Bonald y le pedí que pensara algo para hacer un ballet. 'Ya está escrito', me contestó. '¿Cuál es?', pregunte. 'Fuenteovejuna'».



Antonio Gades se puso a trabajar sobre la obra. «Pero soy más lento que el caballo del malo. Pensando dónde quitaba y dónde ponía pasaron veinte años y varias películas. Cuando termino un proyecto me quedo vacío. Necesito pensar y enriquecerme y, cuando cargo las baterías, es cuando puede volver a ocurrírseme algo».



Lo que más llamó la atención de la obra de Lope de Vega al bailarín y coreógrafo fue su capacidad de destacar la «solidaridad de los perdedores». «Es la respuesta de un pueblo ante una humillación». Gades llevó su trabajo hasta el momento en que el pueblo toma la justicia por su mano. «Lo que viene después ya no me interesa».



Del clásico al folclore



Cuando se decidió a llevar a los escenarios la obra, comenzaron dos años de trabajo. «Soy rápido haciendo las coreografías pero lento en la preparación de la idea». La música otorga una impronta especial a la obra. Desde el folclore asturiano al andaluz, pasando por la guitarra flamenca, la percusión o la música de Mussorsky, en el Fuenteovejuna de Gades hay «de todo». «Pero no es esperanto», dijo el autor. «Quería que la música saliera de dentro de cada personaje, no que éstos se adaptaran a ella. Hasta el momento nadie ha dicho que la mezcla musical elegida sea incongruente».



Elvirá Andrés mostró su agradecimiento a Gades, «porque no hay otra persona que, a través de la danza, cuente historias». La obra ha servido para unir al Ballet Nacional. «Cantaores, guitarristas, todos participamos. Eso nos sitúa de manera diferente para otros trabajos. Nos ha ensamblado».



Elvira Andrés lleva ocho años al frente del Ballet Nacional. «Es una suerte tener entre manos esta obra porque me resulta muy querida y cercana. He trabajado muchos años con Gades y conozco bien lo que él busca con sus coreografías».



La bailarina y hoy directora de la compañía, formaba parte del ballet de Gades en 1994 cuando nació la obra. «No puede haber un trabajo más indicado para mi estreno en el Ballet Nacional», dijo. «Es fruto de un encargo de la anterior dirección, pero está hecho a mi medida. Es una suerte que me haya correspondido a mí la responsabilidad del montaje y del estreno».



El ballet diseñado por Gades situaba sobre el escenario a 38 personas, incluidos músicos y cantantes, el mismo número de artistas que tomará parte en la función este fin de semana. Hay dos elencos para que nunca llegue a suspenderse una funcíón «si la vedette se pone mala», dijo Gades.



Fuenteovejuna se basa en un hecho real acaecido en el pueblo cordobés del mismo nombre durante el reinado de los Reyes Católicos. Un comendador, Fernán Gómez Guzmán, mantiene a sus vasallos en una permanente opresión.



El escritor José Manuel Caballero Bonald destacó en su trabajo de adaptación que, en la obra, «el pueblo llano, no es que haya tomado la justicia por su mano, es que ha optado por una conquista soberana, la de la libertad».



DATOS



El Ballet Nacional de España presenta Fuenteovejuna en el Kursaal mañana, el sábado y el domingo, a las 20.00 horas.



La coreografía, dirección e iluminación corre a cargo de Antonio Gades, con dirección artística de Elvira Andrés.



J.M. Caballero Bonald y Gades han adaptado a Lope de Vega.