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Alsasua mira a su pasado
Pese al frío y la nieve, el carnaval volvió a ser multitudinario, con cientos de personajes ligados a la tierra
Simbiosis de hombre y animal, porta en su manos una amenazadora sarda con la que persiguen y golpean a sus víctimas Estos golpes serían símbolo de fertilidad, matar lo viejo para dar una nueva vida. También lleva cencerros en su cintura, cuyos sonidos ahuyentarían los malos espíritus y las crines con las que cubren su rostro tendrían propiedades purificantes y protectoras. La sangre, que lleva en cara, brazos y ropa, sería el vestigio de una ofrenda sacrificial.
Pero el carnaval rural de Alsasua es mucho más que la gran manada de momotxorros. Forma parte de un todo en que sorgiñas abducidas por el poderoso akerra, maskaritas, mullidos juantranposos, matxingaiztos y otros personajes expulsados del subconsciente colectivo, una catarsis colectiva transgresora e irreverente que no deja indiferente a nadie. Así es desde 1982, año en que fue recuperada esta fiesta desaparecida en los años 30, convirtiéndose desde entonces en seña de identidad de la villa. En 2011 fue declarada como fiesta de interés turístico. De que siga muy viva se encarga el colectivo Pro-Carnaval, impulsores y embajadores de esta fiesta.
Ayer la meteorología restó afluencia de visitantes, aunque numerosas personas acudieron a la villa, muchas cámara en mano. Y es que ayer se volvieron a ver escenas mágicas y llenas de plasticidad, aún más con nieve. El ritual de la sangre, la estampida de los momotxorros de Zelandi, el akelarre en la plaza Zumalakarregi, la boda en Santa Cruz o el baile final en la plaza de los Fueros en un espectáculo de luz y sonidos.
CARNAVAL TXIKI Al igual que estos últimos años, los txikis tuvieron su propio carnaval rural. Ante las previsiones meteorológicas, que acertaron de pleno, se trasladó al frontón Burunda. Pero el mal tiempo no impidió la kalejira hasta la plaza, en una pequeña gran comitiva en la que no faltó la golda, que representa la siembra, tirada de dos bueyes y el iturriko que los guía.
Ya dentro de la Cuaresma, este próximo sábado se celebrará el carnaval piñata, la cara urbana de esta fiesta en la se deja a un lado lo cotidiano, a veces una cruda realidad. Hasta se olvida la crisis.
Los 'momotxorros' encabezaron una anárquica comitiva 'sarda' en mano con las que ayer también lanzaban nieve.
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