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Alsasua se viste de rural. Los txikis tuvieron su propio carnaval por la tarde
Con una semana de retraso, la villa se transformó ayer con cientos de personajes que tenían en común la presencia de elementos cotidianos procedentes del campo y la ganadería. En esta marea humana destacaba el momotxorro, el protagonista del carnaval alsasuarra. También el más buscado, tarea fácil teniendo en cuenta su espectacular aspecto: cara oculta por crines de caballo, cesto grande coronado de descomunales cuernos a la cabeza, un narru o piel de oveja a la espalda, camisa blanca remangada y brazos tintados de sangre, cencerros en la cintura, y en la mano una amenazadora sarda. Ayer volvió a ser inmortalizado una y otra vez entre decenas de flashes, domesticada parte de su fiereza.
Simbiosis entre humano y vacuno, es un personaje temido del que hay que escapar si no quieres encontrarte con su tridente de madera que blande sin cesar buscando los pies de sus víctimas. Y es que los golpes no faltan en esta fiesta irreverente que heredó los rituales mágicos de la fertilidad.
Este personaje de origen desconocido fue rescatado de la memoria de los mayores de Alsasua, que recordaban con temor a este agresivo personaje. Su contrapunto era la maskarita, normalmente mujeres que se cubrían con una especie de burka conistente en una colcha atada con un pompón en la cabeza y ocultaban el rostro con un tapete o puntillas.
Los momotxorros fueron la avanzadilla de una anárquica y espectacular comitiva que ayer recorrió las calles de Alsasua. Les acompañaban una multitud de personajes ataviados con arpilleras y elementos vegetales, cintas, maskaritas, juantramposos y demás junto con una nube negra de sorgiñas que se movía a las órdenes del akerra, que ayer realizó parte de su recorrido en carro. Tampoco faltó la golda o arado romano con sus bueyes y el itaun que prepararon la tierra para la cosecha, o la boda con su cura lanzando bendiciones además de otras escenas, algunas inclasificables. Todeo ello compañado de música en forma de txarangas, txistus, batukada y burrumba.
El final de esta gran farsa fue en la plaza de los Fueros, donde momotxorros y demás personajes bailaron la Momotxorroen dantza . Se dedicó a a Luís Mª Lopez de Goikoetxea, uno de los artífices de esta y otras fiestas que este año no ha podido estar por encontrarse convaleciente. Después, el sonido del cuerno y el volteo de las campanas marcó el punto final, obligando a los presenter a mostrar sus rostros.
Pero los festejos en honor a Don Carnal no han terminado en Alsasua. Continuarán el próximo sábado con el carnaval piñata, una cita urbana más al uso.
alsasua. El carnaval de Alsasua es mucho más que la comitiva rural que año tras año recorre las calles de la villa. Gracias al empeño del Colectivo Pro-Carnaval, las celebraciones se alargaron ayer todo el día. Así, desde la mañana, la burrumba de Aoiz anunció esta fiesta. También hubo una comida popular que reunió a 50 comensales. Ya por la tarde, tuvo lugar la tradicional cuestación de alimentos, que fue la base de una merienda popular. Mientras, los txikis tuvieron su propio carnaval a pequeña escala, con kalejira y Momotxorroen dantza incluidas. Esta iniciativa que comenzó el pasado año con el fin de dar protagonismo a los txikis, ayer se tornó multitudinaria.
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