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Alicia Amatriain gana el Óscar de la danza
La donostiarra recibe el premio Benois de la danse en el Teatro Bolshói de Moscú
La donostiarra Alicia Amatriain, primera bailarina del ballet de la Ópera de Stuttgart, fue galardonada ayer con el premio Benois de la danse, considerado el Óscar de la danza.
“Estoy en el país de las maravillas. Es algo muy especial”, confesó una exultante Amatriain poco antes de la ceremonia celebrada en el legendario Teatro Bolshói de la capital rusa.
Estrella del ballet de la Ópera de Stuttgart desde los 21 años, logró el galardón a mejor bailarina por varios papeles, entre ellos el de Blanche Dubois en Un tranvía llamado deseo, de John Neumeier.
De esta forma, la artista donostiarra es la tercera del Estado que logra ese prestigioso galardón creado en 1992 con patrocinio de la UNESCO tras la azpeitiarra Lucía Lacarra (2003) y Tamara Rojo (2008).
“El bailarín español lleva el arte dentro, no solo el bailarín, sino cada español. Amamos la música, el arte y la danza, y por eso han salido tantos bailarines impresionantes”, señaló.
También fue premiada en esa categoría en la XXIV edición de estos premios la bailarina del ballet de París, Hannah O’Neal.
“Me encuentro en un momento que no sé si llamarlo cumbre, ya que ni siquiera sé si algún día llegaré a esa cumbre, pero soy feliz, disfruto de cada papel, de cada espectáculo. Me siento muy cómoda en el escenario, se ha vuelto mi casa”, subrayó la bailarina.
Amatriain, que reconoció estar en una nube desde que fuera nominada al premio, ya había pisado el Bolshói hace tres años con Romeo y Julieta y Onegin.
“El Bolshói tiene un aura especial. Tiene fantasmas correteando por los pasillos”, dijo la bailarina, que abandonó con catorce años su casa para enrolarse en la Cranko Schule de Sttutgart, una de las escuelas de ballet más importantes en el mundo.
Con respecto al retorno a España, subrayó: “Sttutgart es mi casa, y la compañía de ballet, mi familia”.
“Algún día volveré a España definitivamente, pero esta (Sttutgart) es mi casa durante más de veinte años. Les doy las gracias por todo lo que me han dado, ya que sin ellos nunca estaría aquí”, admitió.
primera bailarina de sttutgart Amatriain, que es primera bailarina en Sttutgart desde 2002, ya consiguió el pasado año dos premios importantes en Alemania: el Fausto y el Kammertänzerin.
Entre los miembros del jurado figuraba José Carlos Martínez, director de la Compañía Nacional de Danza de España, quien comentó a Efe que “Alicia es una actriz que baila (...), alguien muy especial y que se merece ganar un Benois”.
Martínez, que obtuvo el premio en 2009 como coreógrafo, destacó que la bailarina vasca “tiene unas posibilidades físicas impresionantes y además tiene ya una madurez, ya que ha bailado mucho repertorio”.
Además del galardón a su compatriota, Martínez tiene otros motivos de celebración, ya que el premio a mejor coreografía se lo llevó ayer Johan Inger por Carmen, una de las últimas producciones de su compañía, honor que compartió con el ruso Yuri Posojov.
También optaba al galardón el italiano Alessandro Rigo, primer bailarín del ballet dirigido por Martínez, pero finalmente el elegido por el jurado fue Kim Kimin, del teatro Mariinski de San Petersburgo.
“Los Benois son el premio más importante. Es el equivalente de los Óscar. Cuando ves los nombres que han recibido el galardón te das cuenta de su importancia. Para recibir un Benois hay que tener algo especial”, indicó Martínez.
También resaltó que “España tiene muy buenos bailarines y coreógrafos. Hay españoles en las mejores compañías del mundo”.
“Otra cosa es la crisis que vivimos en nuestro país y las dificultades que encuentran esos bailarines para trabajar en buenas condiciones en nuestro país. Por eso hay muchos que tienen que emigrar”, agregó.
Asegura que el retorno de esos talentos fue el motivo de su regreso a España hace cinco años para dirigir la Compañía Nacional tras toda una carrera en la Ópera de París.
“Muchos de esos bailarines ya están volviendo a España. Me envían muchos currículums. La salud de la danza española es muy buena, igual que la del público, ya que llenamos las salas, pero necesitamos más dinero y apoyo político”, insistió.
También hablan español dos de los bailarines invitados para actuar hoy en el Bolshói. Son los argentinos Sol Rourich y Rubén Rodríguez, del Ballet Contemporáneo del Teatro General San Martín de Buenos Aires.
“El Bolshói es un lugar muy emblemático. Viajar al otro lado del mundo para actuar aquí es una experiencia muy linda”, dijo Rodríguez, que interpretará junto a su compañera El dúo de la tempestad, de Mauricio Wainrot.
Esta pieza de Shakespeare, aunque en esa ocasión con coreografía del fallecido Carlos Gallardo, recibió en 2007 un Benois en la categoría de escenografía y vestuario.
“En el Bolshói se siente y se respira la historia”, aseveró Rourich.
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