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Aire templado
Tempomobile
El pasado sábado visitaba nuestros escenarios la compañía de danza contemporánea de Iruña, Tempomobile. Nos presentó su último trabajo titulado Airborn, que ha sido el fruto de la colaboración entre la coreógrafa Becky Siegel y el compositor Mikel Errazkin.
Airborn nos habla de la relación entre el hombre y la naturaleza partiendo de la idea inicial del aire como fuente de energía que se manifiesta tanto en la respiración del movimiento, como en el sonido de los instrumentos de viento, ambos aspectos covertidos en protagonistas de esta obra.
Tempomobile escenifica, por una parte, bailes relacionados con el mundo del bosque, los animales, los átomos o los planetas, y, por otra, danzas que se refieren a la vida neurótica, casi absurda de las personas, todo ello con música en directo, que es una de las constantes de esta compañía.
En general, nos presentan una danza desnuda, sin adornos, sencilla y honesta, pero quizás algo simple. Es una danza ingénua, por momentos, infantil, que no consigue desvelarnos su importante mensaje. Una danza agradable y apacible, que juega con los movimientos, un tanto académicos, de una manera limpia y ordenada, sin depararnos ninguna sorpresa o sobresalto.
El espectáculo mantiene en todo momento un mismo color, un mismo punto de intensidad, una misma actitud, que provoca cierta monotonía en el espectador. La música, al sevicio de la coreografía, continúa estos mismos aspectos sin amplificarlos ni contrastarlos.
Los bailarines, a pesar de realizar una correcta y cuidada ejecución, no traspasaron la cuarta pared, a excepción, en parte, de Igor Calonge que conseguía proyectar mayor contenido al movimiento, y Becky Siegel, la coreógrafa, que vivía el movimiento con gran placer y naturalidad.
En resúmen, tuvimos la impresión de presenciar una danza que comenzaba y terminaba en sí misma, y que, por lo tanto, no trasladaba al espectador a ningún espacio emocional distinto del que ocupara cuando se sentó en la butaca.
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