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Acunando la tradición
Crítica, Kresala en Jareño
Huyendo del tan manido término de fusión, Aranzabal e
Ibarzabal buscan la combinación de estilos, intercalando danzas de
carácter -siempre en masivas interpretaciones grupales-, con cinco
solos contemporáneos de tono intimista, interpretados por Miriam Pérez.
De esta manera, se contraponen los grandes y coloristas cuadros
folklóricos, cuya finalidad es lúdica, con el quinteto de solos más
introspectivos, que ahondan en una amalgama de sentimientos tales como
la ausencia, la pérdida, el desapego, la maternidad y la soledad. Con
el cartel de 'no hay entradas' colgado, Kresala Dantza Taldea empezó
con buen pie esta nueva aventura llamada Sehaska balleta, tras el éxito
de su predecesora, Marixe, panpinen baleta (2002).<br /><br />Decía Rudolf
Nureyev que sólo había unos pocos folklores destacables en el mundo
como el vasco, la jota aragonesa y la danza española. Por eso,
cualquier espectáculo que aborde la danza tradicional ha de ser
sumamente cuidadoso con su tratamiento. En este sentido, el
planteamiento de Kresala Dantza Taldea responde a una buscada
balletización de la euskal dantza. Así, las ocho piezas de carácter
constituyen una recreación teatral de la base tradicional: desde el
kontrapas situado en la época barroca, pasando por las coloristas
segadoras y pastoral, la acrobática zesta punta, la tierna sehaska y el
cuadro costumbrista de karrika. A modo de prólogo de cada apartado, se
insertan cinco solos contemporáneos, que dan la pauta para las
siguientes escenas. El resultado de intercalar la danza tradicional y
el estilo contemporáneo es muy positivo, ya que cada apartado conserva
su entidad, identidad y características propias. <br /><br />Por otra
parte, el hecho de alternar ambas disciplinas favorece al ritmo de la
obra. Desde su fundación en 1968, Kresala Dantza Taldea debe el pan y
la sal a su creador Gene Yurre, quien, además, presenció el estreno y
recibió los aplausos más calurosos de la noche. A partir de 1993,
Faustino Aranzabal asumió el cargo de director artístico de la
compañía. Con la base de la estilización balletizada de Yurre,
Aranzabal continúa su senda, a la que suma su formación en danzas
históricas y sus conocimientos de contemporáneo. <br /><br />Por ello,
Sehaska balleta, obra en la que ha invertido un año y medio, es un
compendio de ambas vertientes. Se trata, en definitiva, de su manera de
acunar la tradición, que contó con el apoyo masivo del enfervorecido
público, que gritó bravos por doquier y aplaudió con ganas el estreno
de Kresala Dantza Taldea.
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