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Hemen zaude: Hasiera Hemeroteka «Un responsable de Cultura decidió un día que España no necesitaba ballet» «Es un espejo en el que mirarse»

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«Un responsable de Cultura decidió un día que España no necesitaba ballet» «Es un espejo en el que mirarse»

Maya Plisétskaya asegura que los bailarines clásicos españoles «tienen muy pocas oportunidades»

Egilea
Rafaej M. Mañueco
Komunikabidea
El Correo
Tokia
Moscú
Mota
Elkarrizketa
Data
2005/06/30

-¿Qué significa para usted este premio?



-Cuando sucede algo inesperado, sobre todo si es agradable, es como si bajo tus pies surgiese una fuente dorada, un caudal que te eleva hacia arriba suavemente. ¿Por supuesto que significa mucho para mí! Trabajé dos años en España. Es un galardón maravilloso, magnífico. Para mí tiene además un doble valor: es la primera vez que los premios Príncipe de Asturias reconocen la danza y constituye el mejor regalo de cumpleaños que se me podía hacer. Es una excelente obertura para los festejos de mi aniversario.



-¿Conoce a Tamara Rojo, su compañera de premio?



-Sí, nos conocemos, pero nunca tuve la oportunidad de verla bailar en escena. Ella es la primera bailarina del Royal Ballet de Londres, y yo visito muy rara vez la capital británica. No puedo juzgar, pero estoy segura de que le sobran méritos para recibir este premio. Tamara es una bailarina muy famosa.



Jóvenes promesas



-¿Qué recuerdos guarda de su paso por España?



-Muy gratos. Trabajé dos años en su país. Dirigí el Ballet Clásico Nacional entre 1987 y 1990. Hasta hace tan sólo tres semanas he estado en el Teatro de Madrid impartiendo unas lecciones de interpretación de algunos de los principales personajes del ballet clásico: el cisne, Julieta, Carmen, Giselle Los cursillos discurrieron de forma divertida, interesante y con mucho éxito. Agradezco que se me ofreciera tal posibilidad.



-¿Cuál es la situación actual del ballet clásico en España?



-Es algo de lo que he hablado ya mucho. No me canso de repetir que los bailarines clásicos españoles tienen muy pocas oportunidades. En España tiende a desaparecer el ballet clásico, y no por falta de jóvenes promesas. Hubo hace tiempo un funcionario, un responsable de Cultura, que decidió que España no necesita ballet clásico. Se acabaron entonces la financiación y las ayudas. El flamenco es maravilloso y la danza necesita modernizarse, pero no se puede desechar el ballet clásico. En España hay muchos bailarines con dotes para ello. Me imagino que algún día aparecerá otro funcionario que piense de forma distinta y resurgirá la danza clásica. Así de sencillo.



Reportaje en 'Elle'



-¿Qué opina de Igor Yebra, uno de los pocos bailarines clásicos españoles conocidos internacionalmente?



-Le conozco muy bien, Es un joven fantástico. Le gusta llevar un nombre ruso y que se le asemeje con los grandes bailarines rusos. Ya es famoso y tiene por delante un gran futuro. Fue galardonado con el premio Maya, un concurso creado por mí.



-¿Hay mucha diferencia entre el ballet clásico de antes y el de ahora?



-La danza actual es más técnica y tiene más vinculación con el deporte.



-¿A qué se dedica ahora mismo?



-Bueno, en este momento me encuentro en París. La revista 'Elle' va a dedicarme un reportaje con numerosas fotos. Pero lo que más me ocupa es la preparación del gran festival que tendrá lugar en noviembre en el teatro Bolshói de Moscú para celebrar mi aniversario como artista. Precisamente en el Bolshói comencé mi carrera. No será un espectáculo único. En Moscú habrá cuatro representaciones, la última será una gala en el Palacio del Kremlin. París y Londres acogerán también varias funciones relacionadas con el festival, dos en la capital francesa y siete u ocho en la británica. Espero que sea algo grandioso.



-¿Qué planes tiene a partir de noviembre?



-Los artistas no solemos esbozar planes. Lo hacemos solamente cuando nos proponen algo. En ese caso, decidimos tomar parte o no. Por lo que a mí respecta, no hay nada concreto todavía en el horizonte aunque hay cosas dando vueltas. Ya veremos qué pasa.





MAYA PLISETSKAYA

Nació en Moscú en1925.



Su padre fue víctima del estalinismo y a su madre la encarcelaron.



Al comienzo de su carrera en el Bolshoi, no le dejaban viajar.



El veto se levantó y comenzó su carrera internacional, marcada por su enorme poderío físico.



Su última actuación la dio en 1996, a los 71 años. SEGÚN VÍCTOR ULLATE



«Maya Plisétskaia es un mito dentro del mundo de la danza y este premio, como tantos otros que ha recibido a lo largo de su carrera, lo tiene bien merecido. Sobre todo porque no se trata de un galardón puntual, sino de un reconocimiento a toda una trayectoria. Ella ha sido una artista que siempre se ha caracterizado por poseer una personalidad muy fuerte como bailarina, un estilo muy personal que ha hecho mella, sin duda alguna, que ha marcado. Durante una época se convirtió en el referente, principalmente dentro de la escuela rusa de danza, pero también a los ojos del resto del mundo. Maya Plisétskaia ha supuesto para muchas bailarinas que se iniciaban en la danza un modelo en el que que poder mirarse y un ejemplo a seguir en muchos aspectos. Hoy sigue siendo un modelo pero hay más bailarinas que lo son y Tamara Rojo es, sin duda alguna, una de ellas».

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