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«Últimamente me da por escribir cartas de amor»
Antonio Canales, bailaor
A pesar de las muchas metaformosis que había experimentado Antonio Canales a lo largo de su vida artística, hasta ahora no le había tocado teñirse de rubio. El montaje de 'Sangre de Edipo', que ha estado en el escenario del teatro Romano de Mérida el pasado fin de semana, ha sido la oportunidad para este nuevo cambio de 'look', extensiones incluidas, del bailarín sevillano. «Mi hija es quien me arregla el pelo», dice orgulloso Canales, que añade: «Además, he adelgazado once kilos. Estoy que no se me reconoce».
-¿Qué tiene que ver la tragedia griega con el flamenco?
-Hay mucho en común. Sófocles escribió pura filosofía, y el flamenco también lo es. No hay tantas cosas que sean tan puras.
-A estas alturas, ¿por qué se mete en proyectos tan complicados como éste, cuando podría vivir tan tranquilo con sus bailes?
-Creo que es bueno para mí y bueno para el flamenco. La danza flamenca debe abrirse a expresiones teatrales, a montajes como éste, no podemos encerrarnos en lo de siempre. Y además, estoy en la edad justa para hacer este tipo de papeles.
-Se le nota entusiasmado.
-Es que me siento como si tuviera diez años menos. Soy un Antonio Canales nuevo, no sólo físicamente, también mentalmente. He resurgido como el ave Fénix, y por primera vez estoy viviendo para la danza y para mí.
-¿Y se debe a algo concreto este renacimiento?
-Cuando uno llega donde yo he llegado, el éxito termina por abrumarte. En los últimos años, además, me había convertido en una factoría de artistas jóvenes, y me había ido mermando como intérprete. Y ha llegado un momento en que he decidido que tenía que seguir bailando y tenía que vivir para mí.
-Eso no querrá decir que va a dejar de coreografiar.
-No, claro. Es una de las maneras que tengo de expresarme.
-El flamenco está cambiando a una velocidad vertiginosa.
-Muchas veces se está convirtiendo en comida rápida. Y la danza requiere tiempo, mucho tiempo. Para ser una Maya Plisetskaya o un Antonio Gades hacen falta horas de estudio y de trabajo.
-¿A los bailarines que empiezan les faltan referencias?
-Cuando yo empecé a bailar, la gente de mi generación podía mirar hacia muchos lados. Entonces, había todavía mucha gente de la que se podía tomar ejemplo. Hoy está la cosa cada vez peor en ese sentido. Hay mucha gente que hace negocios a costa de los demás, y que coge a cualquier chico y le pone en el escenario sin tiempo para que se haga como artista. Y al final son como un monstruo sin ojos; en el fondo están vacíos.
Desde el dolor
-¿Se siente de algún modo desaprovechado?
-Yo he hecho una carrera que ahí está y es evidente. Y me duele como sevillano y como andaluz que el que es hoy el Ballet Flamenco de Andalucía, la compañía oficial, no me haya llamado ni una sola vez en todos estos años. Han pasado cuatro directores y no me han pedido ni una coreografía ni me han buscado para que diera un cursillo Nada de nada. Me han obviado.
-Hace un tiempo publicó una novela. ¿Sigue escribiendo?
-He pasado unos meses muy amargos y no me gusta escribir desde el dolor. Pero he escrito unas cartas de amor envenenadas. Últimamente me ha dado por escribir cartas de amor, y algún día igual las publico.
PERSONAL
Antonio Canales nació en Sevilla en 1961. Es hijo y nieto de artistas.
Estudió en el Ballet Nacional, del que llegó a ser solista. Ha compartido el escenario con Rudolf Nureyev y Maya Plisetskaya.
Creó su propia compañía en 1992. Tres años más tarde recogió el Premio Nacional de Danza.
Ha protagonizado la película 'Vengo', de Tony Gatlif.
Ha estrenado un espectáculo inspirado en 'Edipo en Colono', de Sófocles, titulado 'Sangre de Edipo'.
«Hay muchos lobos hambrientos que me devorarían si pudieran»
Carácter no le falta a Antonio Canales; trabajo, tampoco. Tan pronto aparece en un episodio de '7 vidas', como imparte un curso de verano sobre baile, sorprende de profesor en 'Operación Triunfo', como anuncia una película junto a la directora Randa Haines, la autora de 'Hijos de un dios menor'. El bailaor no quiere desvelar muchos detalles sobre este proyecto, salvo que cuenta con un reparto de «conocidos actores americanos». Canales tiene previsto escoger a dos o tres discípulos suyos para esta película, en la que dirigirá una coreografía con 15 bailarines.
-¿Es usted como parece o esconde algo?
-El público en general no me conoce. Mis amigos, la gente que me trata desde hace tiempo, sabe quién soy: Antoñito el del lunar, casado con la Malena...
-¿No va a cambiar?
-Quiero que siga siendo así. Hay muchos lobos hambrientos que me devorarían si pudieran.
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