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«Soy el bailarín de España, detrás están los demás»
Antonio Canales, bailarín
Antonio Canales (Sevilla, 1961) acaba de estrenar su último espectáculo, Carmen Carmela con el que actuará en el Teatro Principal de San Sebastián a partir del próximo día 20. Una revisión actualizada de los amores y desamores de la famosa cigarrera de Merimée a los que Bizet puso música. La gira, que comenzó hace menos de un mes, se está realizando con un éxito que sorprende al propio bailarín y ya tiene apalabradas otras cien representaciones, incluida una visita a Japón.
- ¿Qué aporta de nuevo su versión de Carmen?
- Muchas cosas. Aunque es una obra revisada y muy manida hemos intentado trasportarla al mundo actual; por ejemplo yo hago de un policía nacional y Carmen trabaja en un estanco. Vernos a Lola Greco y a mí es un plus más porque hemos sido la pareja de España y después de muchos años volvemos a estar juntos. Hemos intentado con Miguel Narros, que es el mejor director, dar gran sobriedad a esta obra tan tocada, pero con un lenguaje muy actual. Es un canto al teatro, a la danza tradicional y, por supuesto, al flamenco. La escenografía es de Andrea Dodorico que presenta las entretelas de un corazón gigante o una caja de sorpresas roja, peligrosa, morbosa, sensual, llena de caminos y entresijos.
- Llevan once funciones y la respuesta ha sido excepcional con más de cien bolos apalabrados.
- Esto es una bomba atómica, pita de maravilla. Ya nos han visto unas 18.000 personas, incluidas unas 5.000 en la catedral de Murcia. El público se pone de pie y vibra porque las historias de amor y los dramas gustan mucho. No tiene muy buen final. Todo el mundo sabe que Carmen se muere, aunque en esta ocasión no es de la forma habitual, con cuchillo; más bien es un sacrificio, una especie de cordero propiciatorio de la libertad de la propia decisión de la mujer, que en estos días tanta falta hace. Es un no a los malos tratos y sobre todo es un intento de que la gente se divierta viendo a un hombre patético, un norteño, enamorado de una sureña. Además, es la primera vez que se escuchan cuatro guitarras flamencas tocando al mismo tiempo esta ópera. De momento no hemos tenido ninguna mala crítica. Estamos emocionadísimos, deseando ir allí... a vuestra tierra.
- Lola Greco hace de Carmen, la protagonista.
- Está que se sale por todos los lados. No puede haber otra Carmen mejor. Es su momento. Me emociono hablando de Carmen Carmela. Qué voy a decir de este último niño que me ha nacido... sólo que ha nacido muy gordito y en cuna de seda.
- ¿El hecho de ser una obra tan conocida beneficia o perjudica a su montaje?
- A priori era algo en contra porque todo el mundo tiene referencias de todas la Carmen de Antonio Gades y de tantas otras que se han hecho. Creo que hacía falta una nueva Carmen, además con la música de Bizet, porque en la de Gades no se empleaba esta partitura. Pero lo que al principio pensábamos que iba a repercutir en nuestra contra se ha vuelto positivo. Todo el mundo conoce cómo es Carmen y qué cuenta, así que cuando salimos al escenario el público se fija en nuestro espectáculo, sin distracciones.
- ¿Cómo es su Don José?
- Es un chico que parla euskera. He aprendido a decir muchas cosas: agur, maitia... Los dos hablaban vasco. Es un brutote, un tío patético al que los celos acaban devorándole. Por un amor se le rompen todos los andamios de su vida y llega al desastre. Tímido, buena gente... todo lo contrario de lo que soy yo. El público acaba adorándole porque es muy sufridor.
- ¿Algún policía nacional le ha comentado algo por reconvertir en uno de ellos a Don José?
- Bueno...cuidadito... hago de policía nacional muy tonto que al final acaba tirando la placa del Cuerpo y tirando su vida.
- ¿Le hubiera gustado hacer el papel de Carmen y salir al escenario con bata de cola?
- Yo me lanzo a todo, pero el transformismo me parece un poco difícil. Carmen, aunque lleva la impronta de Lola Greco, en el fondo ha surgido de mí, yo soy Carmen, el policía nacional y el torero. Si yo hubiera sido Carmen lo bailaría tal y como sale en esta obra.
- ¿Ha buscado tomar un clásico y adaptarlo para tratar un tema tan actual como es la violencia doméstica?
- Por una parte sí. No intentamos hacer una apología sobre este tema porque cada ladrón tiene su parte de razón, aunque nunca un golpe o una muerte se puede justificar. En la vida, por malos entendidos se puede llegar a algo trágico como sucede en esta obra. Algunos, después de verla, me han llamado maltratador, pero en el fondo Don José también es un muñeco maltratado.
- ¿Qué tiene Antonio Canales para que resulte tan cercano al público?
- Madre mía. Yo me quedo pasmao... Con mis 42 años, que siga teniendo esta demanda de público. Los de antes, los de ahora... Los amigos de mis hijos; sus amigas están locas por tener un póster mío en la habitación y me pregunto qué me verán con la cara de tortuga que tengo. Me quieren los catalanes, los valencianos, los vascos... por todos los lados de España. Soy un personaje bastante internacional, sólo que aquí me quiere el taxista, el yuppi, el obrero... Me llena el alma y me siento lleno de responsabilidad porque no quiero defraudar a mi público. Soy un poco patrimonio nacional del país. Soy Antonio Canales, el bailarín de España. Luego hay otros, pero el primero soy yo... como Lola Flores, y eso me llena de satisfacción.
- ¿Será por esa pinta de echao p'alante, de decir lo que piensa?
- Sí, nunca he tenido pelos en la lengua. Yo me lanzo, tú lo sabes, sin ningún tipo de reparo. Soy muy cercano y currante. En este país sacan a cualquiera en la tele y una persona que viene reventado de poner ladrillos y te ve en un programa de esos dice «éste es un petardo». Yo nunca he vendido mi vida privada, mis hijos son inéditos, mi mujer es inédita. También es verdad que puedo parecer un tío vivaracho, pero cuando soy sólo Antonio resulto más aburrido porque me gusta leer, pescar, perder el tiempo. No me gusta la bulla, ni soy una persona tan marchosa como puede pensarse por la imagen que doy bailando.
- ¿Cúal es su afición favorita?
- La montaña, me vuelve loco la montaña. Subir a lo más alto.
- Acaba de participar en Fórum con una coreografía sobre el diálogo. ¿Cómo se entiende mejor con la gente, hablando o bailando?
- Bailar es mi mejor vehículo, mi mejor vocabulario, no necesito intérprete ni traductor en ningún idioma. Ahora trabajo en la radio con Luis del Olmo, estoy escribiendo mi segundo libro, también publico artículos. Cosas que antes eran un hobby ahora me resultan necesarias para vivir porque es una forma de desahogarme. Dicen que soy un buen comunicador.
- ¿Y toca todos los temas?
- Me gusta decir lo que pienso. Por ejemplo la política. Antiguamente los que se dedicaban a ella eran gente docta, filósofos e intelectuales que intentaban dialogar para construir un mundo mejor y los de ahora son rateros, embaucadores, calumniadores, engañadores y gilipollas que lo único que hacen es construir un mundo sin conciencia. Hay que decir públicamente que del 100% de los políticos, el 90% son unos corruptos. Los de ahora son los mismos que los del Gobierno anterior con otra piel de borrego. Hay muy pocos en los que creer y la juventud está perdida en este tema, no sabe qué pensar.
- ¿Tuvo una experiencia en el cine con la película Vengo, tiene ganas de repetir?
- Una película te ocupa mucho tiempo; al menos tres o cuatro meses. ¿Claro que me gustaría!, pero con un director de directores. En Vengo, aprendí a ser un gran actor. Salir en las series de televisión me parece una payasada que la siguen seis millones de payasos. Ésos no son actores ni nada, son gente que se busca la vida como pueden. No me prestaría a hacer telebasura ni cinebasura.
- ¿Usted que toca todos los palos también apareció en Operación Triunfo?
- Intenté en el tiempo que estuve explicar a los chicos lo que en verdad es ser artista, algo que en tres meses no se puede aprender. Mis clases era de carácter, intenté imprimirles carácter. Yo, la verdad, no defiendo ni mucho menos esos programas, lo que pasa es que pagan muy bien. Me dieron muchos millones y me interesó hacerlo con mis manos limpias y mi corazón abierto para enseñar a los chicos, no para entrar en esa pocilga de discos baratos o para joder a mis compañeros de la música.
- ¿Se ha aclarado el follón que se montó con sus declaraciones pidiendo una justicia especial para Farruquito?
- Mira, es un compañero al que quiero mucho y prefiero no hablar de ese tema porque es ensuciarlo y emborronarlo más. Que se haga la justicia divina, que es más excelente que la nuestra. Aunque no se puedan curar algunos corazones, por lo menos que se queden remansaditos y dulcificados.
-¿Son los bailaores pasto de la prensa del corazón?
- No, por Dios; ni lo menciones. Sólo son algunos casos aislados.
- Presume de tener los mismos amigos que cuando era joven. ¿Es una persona fiel?
- Bueno, no soy fiel ni conmigo mismo, porque la fidelidad como tal es algo que no me interesa. Pienso que cuando algo uno lo comprime, mal asunto. El amor tiene que brotar de forma natural. Mi Malena, con la que yo llevo veinte años casado, a parte de mi compañera es mi amiga, mi hermana, mi colega, mi compañera de baile, de cama también...; el amor se vuelve a despertar una y otra vez. Y en cuanto a mis hijos, yo no creo en eso de ser el mejor amigo de tus hijos, no. Yo soy el mejor padre para mis hijos, pero ellos tienen sus amigos y yo los míos. Hay que saber diferenciar bien las cosas y yo creo que lo hago bien.
LOS DATOS
Obra: Carmen, Carmela.
Coreografía: Antonio Canales.
Dirección: Miguel Narros.Intérpretes: Antonio Canales, Lola Greco y Diego Llori.
Adaptación musical: J. Víctor Rodríguez Yagüe.
Vestuario: Toni Benítez.
El espectáculo: Esta nueva versión de Carmen combina teatro y baile flamenco y busca dar actualidad al mítico personaje, creado por Prosper Merimée y conocidos mundialmente por la ópera de Bizet, con el objetivo de hacer una obra lírica y flamenca al mismo tiempo.
Fechas: Del martes 20 al domingo 25.
Lugar: Teatro Principal.
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