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«Quiero abrir la compañía a todos los estilos y a todos los públicos»
José Carlos Martínez, Director de la Compañía Nacional de Danza
Esta noche, a las 20.30 horas, la Gare du Midi de Biarritz acoge un espectáculo de la Compañía Nacional de Danza que desde hace seis meses dirige José Carlos Martínez cuyo objetivo es abrir la formación, que tuvo a Nacho Duato al frente durante casi veinte años, a todo tipo de públicos y todos los estilos.
-¿Puede explicar el programa que presentan en la Gare du Midi de Biarritz?
-Son tres piezas que muestran el nuevo perfil que tiene
la Compañía Nacional de Danza. La primera es 'Extremely close', de
Alejandro Cerrado, un coreógrafo español que vive en Chicago, en la
Hubbard Street Dance. Nunca hasta ahora se había visto su trabajo en
España. En enero estrenamos la pieza en el Teatro de la Zarzuela que fue
muy bien acogida. Tiene una estética neoclásica, con mucha poesía. La
música es de Philip Glass. También hacemos 'In Transit', que está ideada
por la coreógrafa Anabel López Ochoa. Se trata de la primera creación
de la CND en esta nueva etapa. A Anabel la conocí en París hace años. Su
estilo es más neoclásico que el resultado final de esta pieza. Yo le
pedí algo de eso, con muchas puntas. Cuando en septiembre llegué a la
compañía nos dimos cuenta de que eran bailarines que tenían más
posibilidades a nivel contemporáneo. Ha utilizado la personalidad de
cada uno de ellos y ha hecho una composición tribal, de grupo, con mucha
energía, muy dinámica. Es la pieza más contemporánea del programa. La
última es 'Walking Mad' de Johan Inger, con la música del 'Bolero' de
Ravel. En cuando la vi quise programarla enseguida porque es el estilo
de baile contemporáneo que me gusta. Hay mucha danza, se baila mucho,
los bailarines salen contentos. Además tiene humor y un toque irónico,
lo que hace que sea una pieza para todos los públicos. En esta nueva
etapa quiero abrir las fronteras para llegar al máximo público posible y
en este programa presento tres estilos diferentes.
-Es la primera salida internacional de la compañía desde que usted está al frente. ¿Por qué ha elegido Biarritz?
-Primero porque han sido los responsables de Biarritz
Culture los que se interesaron y nos programaron. Incluso nos dieron la
confianza de incluir la obra de Anabel López Ochoa antes de que la
creáramos. La mayor dificultad con la que me encontré cuando llegué a la
compañía es que no había programación, no había ninguna gira
concertada. En septiembre preparamos el espectáculo de enero para el
Teatro de la Zarzuela y al mismo tiempo un programa para empezar a
girar. Yo tenía contacto con Thierry Malandain, porque había trabajado
con él en la Ópera de París. Enseguida me dijo que había una
posibilidad.
-En San Sebastián se colabora mucho con ese coreógrafo. ¿Hay alguna posibilidad de que vengan pronto de su mano?
-Claro que nos gustaría. Tanto con Malandain como la
compañía directamente. En este nuevo periodo quiero que estemos muy
presentes en España. Hemos empezado una gira que ya ha pasado por varias
ciudades. En este aspecto partimos de cero y hay que empezar a hacer
contactos para ir avanzando.
--Lleva seis meses escasos al frente de CND, ¿ya se puede ver su impronta?
-Al principio fue difícil. Los bailarines no me conocían,
pensaban que por venir de la Ópera de París me iba a dedicar solo a lo
clásico. Ahora ya nos conocemos y estamos funcionando. Lo más complicado
ha sido no tener repertorio porque Nacho Duato, cuando se marchó, no
quiso que se interpretaran sus coreografías. Lleva su tiempo construir
una nueva identidad para la compañía, pero ya estamos trabajando a ritmo
de crucero. Es evidente que tendremos que evolucionar, pero eso es lo
bonito.
-¿Pero está decidido a incluir más clásico porque en los últimos años no ha habido prácticamente nada?
-Sí. Hemos empezado a utilizar las zapatillas de punta
que no se usaban en esta compañía hace años. En Santander estrenamos un
dúo mío. La intención es abordar todos los estilos. Ir hacia cosas más
clásicas y neoclásicas, pero sin olvidarnos de la experimentación y del
riesgo. Vamos a trabajar con coreógrafos españoles de vanguardia para ir
hacia la parte contemporánea. En España no estamos acostumbrados a que
en una sola compañía se hagan estilos muy diferentes. Esto será lo que
nos va a tomar más tiempo. saber cómo lo vamos a poner en marcha para
que no venga la gente equivocada y el espectador no se lleve una
decepción.
-Su candidatura fue elegida por el Ministerio de
Cultura entre 21 propuestas. ¿Fue la premisa de querer hacer una
compañía nacional de todos y para todos lo que hizo que se decantaran
por usted?
-Sí. El hecho de que tenga una importante carrera detrás,
con veinte años en la Ópera de París, creo que habrá tenido cierta
importancia, pero espero que me hayan elegido por mi proyecto. Hasta
ahora la CND había sido una compañía con una identidad muy marcada por
su director. Mi proyecto es lo contrario, una compañía abierta en todos
los sentidos. Ahora tenemos que ver hasta dónde llegamos y a qué ritmo.
-Su nombramiento por parte de la ministra Ángeles
González-Sinde fue uno de los últimos que realizó el anterior Gobierno.
¿Ha hablado con los nuevos responsables del Ministerio de Cultura?
-Fue un encuentro breve porque casi acaban de llegar. Me
he reunido con el secretario de Estado y con el director de INAEM que
nos dio su apoyo. Está claro que en todas las unidades de Cultura van a
haber recortes y debemos que trabajar con lo que hay.
-Pues sin programas, sin gira y con recortes, ¿el panorama es bastante complicado?
-Sin duda el trabajo de la Compañía Nacional va a ser más
difícil que en las otras unidades. No tenemos pasado en cuanto al
repertorio. El Ballet Nacional de España puede preparar menos obras
nuevas, pero siempre puede tirar de almacén, recuperar vestuarios,
decorados y montajes. Nosotros no. La dificultad va a estar en que en el
ministerio tenga en cuenta esto. Por otra parte, he recibido la
sensación de que el colectivo de la danza está con muchas ganas de
colaborar con nosotros, hay mucho coreógrafos que quieren trabajar con
la CND, montones de bailarines que se han ofrecido. Espero que esta
circunstancia facilite que podamos tener más colaboraciones externas,
tener residentes, ver qué se puede crear. En resumen, trabajar de otra
manera porque las cosas no son como hace tiempo. Ya lo tenía claro antes
de venir, el problema es que la situación se ha complicado más. No me
da miedo, vengo para eso. Además, he estado en la Ópera de París donde
he estado superprotegido, solo me tenía que ocupar de bailar. Tenía
ganas de experimentar, de aventuras. de tener ciertas dificultades para
intentar superarlas. Vengo con muchas ganas y hay mucha ilusión por
hacer cosas. Si no se pueden hacer coreografías con una escenografía o
con unos trajes fantásticos, tiraremos a la simplicidad porque lo
importante es el baile.
-Comenta que ha dado un paso más en su carrera. ¿Era el momento de abandonar la danza activa?
-Cuando era joven pensaba que dejaría de bailar cuando el
cuerpo me dijera que tenía que parar. No me ha mandado esa señal, pero
sentía como que ya había bailado todo lo que tenía que bailar. Me
empezaba a faltar el nervio al salir a escena. Cuando salió este
proyecto me di cuenta que me motivaba mucho más. La decisión fue muy
fácil.
-¿Y va a bailar con la CDN?
-De momento estoy más concentrado en la gestión, que es
un trabajo enorme. Puede ser que en algún momento haga una aparición
pero no tengo ganas que aparezca José Carlos Martínez y detrás la
Compañía Nacional de Danza, que parezca que es mi nombre. He bailado
mucho más de lo que nunca había soñado y estoy en paz conmigo mismo. Es
una etapa pasada. De hacerlo será algo muy puntual.
-De estar muy protegido en el Ballet de la Ópera
de París a tirarse del trapecio sin red. ¿Ha resultado difícil la vuelta
a casa?
-Tenía ganas. Estar tan protegido no me ha gustado tanto,
me faltaba un poco de riesgo. Me fui de España para bailar y ahora
vuelvo. Es como empezar de nuevo y estoy muy contento. Espero que mi
experiencia sirva a otros. Me ha motivado poder ofrecer una alternativa a
los bailarines que se tienen que marchar para poder trabajar fuera, que
tengan esa opción. Son 42 bailarines y para que entre uno tiene que
salir otro.
-¿Ese va a ser otro de sus objetivos, que la CDN esté integrada por más profesionales españoles?
-Entre dos bailarines de la misma categoría, elegiré al
español. Lo bueno de la danza es que no hace falta hablar y su lenguaje
es muy internacional. No quiero echar a los extranjeros y tener una
formación totalmente española, pero al llegar sí me ha parecido que
había pocos españoles. Hay que reforzar eso, hay que hacer sitio para
los mejores de nuestro país.
-¿La sombra de Nacho Duato es muy alargada?
-He tenido en cuenta lo que se había hecho en la compañía
para programar los primeros espectáculos porque tenemos toda la
herencia de Nacho. Los bailarines, los repetidores. todo el equipo sigue
siendo el mismo. Entre su marcha y mi llegada pasó un año y las cosas
habían cambiando un poco. Los bailarines querían nuevas experiencias. La
sombra de Nacho ha estado ahí, pero en el buen sentido. Partimos de ahí
para seguir adelante.
BIOGRAFÍA
Nació en Cartagena en 1969.
Ingresó en 1987 en la Escuela de la Ópera de París.
En 1992 pasó a ser primer balarín del Ballet de la Ópera de París.
Fue nombrado bailarín estrella en 1997.
Recibió el Premio Nacional de Danza en 1999.
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