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«Nunca he intentado seducir sino que he permanecido fiel a mi danza, a mi público»

Thierry Malandain, Coreógrafo, Director del Ballet Biarritz

Egilea
Camila Sabater
Komunikabidea
Diario Vasco
Mota
Elkarrizketa
Data
2004/04/13

Sus coreografías propias suman más de 60 y muchas de ellas forman parte del repertorio de algunas de las compañías más prestigiosas del mundo desde que hace 20 años Thierry Malandain creara Sonatine y Quatuor Op3 en el seno del Ballet Teatro Francés de Nancy. Galardonado con numerosos premios internacionales de coreografía, nombrado director del Centro Coreográfico Nacional Ballet Biarritz por la Ministra de Cultura gala en 1998, hecho Caballero de la Orden de las Artes y las Letras en el 2000 y convertido al año siguiente en el Director artístico del festival Le Temps d'Aimer, el coreógrafo francés acaba de ser nominado para los XIV Benois de la danza por su obra Creación. Considerados los galardones más prestigiosos que otorga la Internacional Dance Association, los Benois serán entregados el próximo 29 de abril, en el Día Internacional de la Danza, en una gala que tendrá como escenario el mítico Teatro Bolchoï de Moscú. Pese a la fama y el reconocimiento que ha logrado hoy en día, con 44 años, Thierry Malandain no se ofusca ante el éxito y aprovecha la entrevista para reafirmar su fidelidad con respeto a su danza, su estilo, su público, evocando esos temas con honestidad y sin fraudes.



- En 20 años de carrera como coreógrafo, usted ganó muchos premios y concursos pero el Benois es indudablemente el galardón más prestigioso, considerado como el Oscar de la danza, ¿no?



- Bueno, digamos que a este nivel sólo existe los Benois, que fueron creados hace trece años. El año pasado, han creado en Montecarlo los Nijinsky Awards, que todavía no han alcanzado el mismo grado de reconocimiento que los Benois.



- ¿Cómo recibió la noticia de su nominación?



- Bueno, sólo se trata de una nominación pero el hecho de haber sido nominado ya es un reconocimiento importante, tanto más cuanto que no se trata de un concurso sino de una selección hecha por profesionales reconocidos.



- ¿Es importante el reconocimiento de sus iguales?



- En realidad, es ante todo el valor internacional lo que para mí le da verdaderamente sentido a este premio y más todavía si tengo en cuenta quienes fueron los coreógrafos galardonados en años anteriores; éstos son por ejemplo Forsythe, Béjart, Nacho Duato, Preljocaj.



- Entre sus primeras coreografías, 'Sonatine' y 'Quatuor Op3', y su última obra 'Creación', veinte años han pasado. ¿Cuáles son las evoluciones más notables que ha experimentado su danza?



- Creo que en 20 años, no ha pasado un solo día sin que surjan mil preguntas y todavía no he terminado de cuestionar mi danza. Si de evolución se puede hablar, sería en la riqueza del vocabulario, que se ha hecho más personal y al mismo tiempo se ha depurado. El cambio es que antes necesitaba muchos trajes y decoraciones, era más hablador y todo eso ha desaparecido en beneficio de la danza. Con respecto al estilo, me sitúo desde siempre entre el clasicismo y lo contemporáneo y me quedaré fiel a esta línea.



- Para perdurar, ¿cuáles son las cualidades que debe tener un coreógrafo?



- Indudablemente, de manera consciente al menos, yo nunca he intentado seducir a toda costa y sin embargo he sufrido muchas dificultades para existir porque en una determinada época, la moda estaba en la danza contemporánea y yo no correspondía con lo que muchos querían imponer. Quizás hubiera podido hacer concesiones, como muchos las hicieron, pero no he querido hacerlas. Lo importante para mí nunca ha sido estar bien visto sino sólo permanecer fiel en lo que creía.



- ¿Y en qué cree usted?



- En una danza que tiene sentido y que comparte ese sentido con el público. Mi danza es indisociable del público. Quizás por esta razón no me autorizo bastante audacia pero también corresponde a mi temperamento.



- ¿Es posible trazarse un camino en la danza sin hacer concesiones?



- La verdad es que muchas veces me he preguntado si de haber evolucionado en un mundo menos hostil, no hubiera sido más clásico de lo que soy hoy en día. Creo que naturalmente y culturalmente, mi plaza estaría a la cabeza de una gran compañía clásica. Sigue siendo una de mis aspiraciones pero creo que quedará siendo un sueño porque no sé si hoy en día tendría la capacidad de coreografiar únicamente ballet clásico.



- Usted nunca manifestó mucho optimismo en cuanto al futuro de la danza clásica, su capacidad de renovación. ¿Sigue en la misma disposición de ánimo al respecto?



- En Francia la danza clásica está en una situación catastrófica, situación ésta que no se da en el extranjero. Basta con fijarse en los resultados de los concursos internacionales. Los franceses ya no son galardonados, ahora ganan los asiáticos, los rusos y los bailarines de los países del este. Pero creo que la explicación no tiene que ver con lo artístico sino con lo político. La danza clásica es históricamente un arte aristocrático que después se convirtió en un arte burgués y eso, por sectarismo e ignorancia, no corresponde con las ideas políticas que muchos quieren vehicular.



- En 1999, Ballet Biarritz creó en San Sebastián el Centro Transfronterizo de la Danza. ¿Tiene usted otros proyectos nuevos para el desarrollo transfronterizo de la compañía?



- Estamos trabajando en un proyecto de prolongación del Centro en Bilbao. El Teatro Arriaga ha coproducido la última obra Creación y nos gustaría que se asocien en cada nueva producción lo cual permitiría tener un eje Biarritz-San Sebastián-Bilbao. Sería muy interesante para nosotros tanto en términos económicos como de proyección de la compañía.



- ¿Usted piensa que su éxito en San Sebastián viene del hecho de que ha colmado un déficit?



- En muchas regiones de España, el desarrollo de la danza aún queda por hacer. Ya sabemos que la naturaleza abomina del vacío, y lo que hicimos fue ocupar una plaza vacía. Bueno, también supongo que el trabajo que se está haciendo está en adecuación con las esperas de la gente.



- Entre las giras, las clases, la dirección artística del festival de Biarritz, la promoción de sus obras, ¿le queda tiempo para dedicarse a la creación?



- Es una dificultad tremenda. Aún cuando dispongo de unas horas libres para dedicarme a la creación, necesito tiempo para vaciarme, impregnarme de una música. A veces sufro realmente porque no consigo que la música me hable. Es una situación que suele aterrorizarme porque a veces tengo la impresión de repetir las mismas cosas diciéndolas de otra manera. Quizás también sea algo normal.



- ¿Está usted trabajando en una nueva coreografía?



- Sí, en la coreografía que inaugurará el próximo festival Le Temps d'Aimer de Biarritz los días 4 y 5 de septiembre. Se titulará 'la Sangre de las estrellas', con composiciones de Mahler y Strauss, entre otras.

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