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Hemen zaude: Hasiera Hemeroteka «Me gusta que se reconozca a los bailarines en su tierra»

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«Me gusta que se reconozca a los bailarines en su tierra»

La artista ordiziarra ya retirada de los escenarios recibe el Premio Trayectoria Artística

Egilea
Iratxe de Arantzibia
Komunikabidea
Diario Vasco
Tokia
San Sebastián
Mota
Elkarrizketa
Data
2010/04/29
-¿Qué significa que premien su carrera en casa y a lo quién dedicará?
-Ser reconocida en casa es siempre un honor. Recibí la noticia con mucha alegría. El premio se lo quiero dedicar a mis padres, por el amor que me dieron en mis comienzos.
-Retirada de los escenarios hace cuatro años, ¿cree que fue suficientemente conocida aquí?
-Creo que no y dado que desarrollé mi carrera fuera de casa, el reconocimiento lo tuve en el extranjero. Me alegro mucho de que, hoy en día, se conozca y reconozca más a los bailarines en su propia tierra. Creo que es muy importante para el público saber lo que sus vecinos están realizando en el extranjero y, para los bailarines, es un gran orgullo saber que te aprecian y te apoyan en tu casa. La danza es universal, pero poder bailar y ser conocida en tu tierra es muy bonito.
-Le invitaron a bailar en la XIV. Gala del Victoria Eugenia, que se celebra este domingo, ¿no sintió la tentación de volver y saborear el aplauso de casa?
-Nunca he bailado en el Victoria Eugenia y tengo muchas ganas de ver a los jóvenes bailarines de hoy deleitar al público con su arte. Respecto a la tentación, he decir que sí, que tuve un momento de gusanillo en el estómago. Supongo que la danza será siempre mi gran pasión, pero, en mi carrera profesional, he visto a muchos grandes bailarines bailar cuando estaban pasados de rosca y no quería caer en esa tentación, sobre todo, cuando el público en casa no tiene una visión de lo que creé como bailarina en mi mejor momento.
-Sólo actuó una vez en Donostia, con 'Vasos comunicantes' (2004) de Goyo Montero, ¿cómo fue?
-La experiencia de 'Vasos comunicantes' fue muy entrañable. Bailar en casa es diferente: quieres dar incluso más que de lo normal y, para mí, fue importante estar tranquila y sentirme en mi cuerpo.
-Aunque ordiziarra, su familia se estableció en Algorta y se formó con Ion Beitia. ¿Cuál es la enseñanza más importante que le debe?
-Aunque Ion no fue mi primer profesor de danza, lo considero como tal. Mis padres me llevaron a su escuela por pura casualidad. Nosotros íbamos de camino a otro estudio, cuando nos encontramos con un amigo de mis padres y fue él quien los convenció. ¡Todo pasó con un txikito en la mano! A Ion le debo el buen comienzo de mi carrera. Me enseñó la base técnica, la pasión por la 'fisicalidad' del movimiento y la soltura para desarrollar mi potencial artístico.
-Obtener el Prix de Lausanne en 1989, le abrió la Escuela del Royal Ballet y le cambió la vida.
-Fue un momento clave en mi carrera. Significó la apreciación de mi potencial como bailarina por personalidades de la danza en el extranjero y la posibilidad de entrar becada en una de las mejores escuelas internacionales. También significó mucha alegría y poder dar un abrazo enorme, lleno de orgullo sano, a mis padres y hermanos a la vuelta.
-En 1991, debuta como profesional en el Birmingham Royal Ballet, ¿recuerda cómo fue?
-La compañía en esos momentos tenía unos 65 bailarines. La sensación de ser profesional por primera vez fue un poco como 'madre mía, y me pagan por hacer lo que me gusta'. Recuerdo cuando bailé mis primeros papeles principales ese año. Uno fue en 'Gallanteries' de David Bintley y el otro fue Julieta de Kenneth MacMillan. Aquellos primeros momentos fueron muy emocionantes. La compañía gozaba entonces de un repertorio muy variado. Desde los grandes clásicos, a trabajos de Frederick Ashton, Kenneth MacMillan, David Bintley, George Balanchine y Twyla Tharp, entre otros.
-Julieta, Odette/Odile, la novicia, papeles muy diferentes, ¿cómo era Mónica Zamora como bailarina?
-Para mí, bailar era tener la libertad de crear y meterme en papeles completamente diferentes. Los papeles dramáticos me brotaban con más facilidad, pero, como artista, me sentía muy llena al investigar, bailar y sentirme parte de diferentes estilos de danza. Siempre fue importante intentar llegar a una igualdad entre la calidad del movimiento y la calidad de interpretación, tanto en estilos clásicos, neoclásicos y contemporáneos. La libertad estaba en utilizar tu cuerpo a todos los niveles. Con Birmingham Royal Ballet, bailé casi todos los papeles que quería bailar en mi carrera. Y tuve la oportunidad de trabajar con grandes coreógrafos, bailar con grandes bailarines de los que aprendí mucho y disfruté mucho trabajando con ellos.
-Decide experimentar en su última etapa como profesional: George Piper Dance.
-Había bailado ya con los dos directores de George Piper Dances y eran amigos míos. Lo que me atrajo fue su repertorio y que eran un grupo muy pequeño. En esos momentos, la compañía hacía trabajos de William Forsythe, Russell Maliphant, Christopher Wheeldon y Cathy Marston, entre otros.
-También ha posado para 'Vogue' y participado en una película con Oliver Stone. ¿Cómo fue?
-Muy divertido. Es un placer desarrollarte en otros campos y trabajar con gente como Snowdon y Stone.
-En la actualidad, ¿a qué se dedica?
-Ahora tengo un centro de 'wellbeing' en Notting Hill. Somos un equipo de 20 profesionales entre profesores, terapeutas y médicos. Se llama 'Golborne Place' y es mi nueva pasión. Aparte de dirigir el centro, doy clases de gyrotonic, gyrokinesis y cursos de pre-training de gyrotonic. Tengo un equipo de gente maravillosa. Y como lo mío también era el arte, tengo también una zona de galería, donde exhibimos fotografía y diseños de una amiga mía de Buenos Aires. El gyrotonic lo conocí en los últimos años que bailé, después de haber practicado Pilates como sistema de ejercicio para mantener mi cuerpo en buen equilibrio durante muchos años. Y de la danza también sigo enamorada y mantengo el contacto, pero desde otro ángulo.

BIOGRAFÍA

Mónica Zamora nació en Ordizia, hace 36 años.
Formación: Escuela de Ion Beitia, desde los diez años y terminó sus estudios en la Escuela del Royal Ballet.
Compañías: Birmingham Royal Ballet (1991-2003), donde ascendió a la categoría de Solista (1994-1997) y al rango de Bailarina Principal (1997-2003); George Piper Dances (2003-2006).
Premios: Prix de Lausanne (1989) y Premio Trayectoria Artística de la Asociación de Profesionales de Danza de Gipuzkoa 2010.
Otros datos: Jurado del Prix de Lausanne (1998 y 2001), Mónica Zamora ha posado para el 'Vogue' y 'London Times', cuenta con diversas apariciones televisivas en Gran Bretaña y en el extranjero, y formó parte del elenco de la película 'Alexander, the Great' de Oliver Stone.
En la actualidad: Dirige e imparte clases de gyrotonic y gyrokinesis en su centro 'Golborne Place', en Nothing Hill, en Londres

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