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«Lorca estaría contento de que sus obras se puedan bailar»

Cristina Hoyos, bailarina y coreógrafa

Egilea
J. A. González Carrera
Komunikabidea
El Correo
Tokia
Bilbao
Mota
Elkarrizketa
Data
2004/10/20

Ya no tiene edad para meterse en la piel de Yerma y taconear con desesperación por los hijos que nunca llega a tener, como hizo en el 92, pero ha tomado la sabia decisión de ser en escena la Vieja pagana, una especie de maestra de ceremonias que teje y desteje el hilo conductor de un drama con el que Lorca quiso significarlo todo alrededor de la infertilidad en la mujer. Cristina Hoyos (Sevilla, 1946), que ha dado la alternativa en el papel a Susana Casas y ha contado de nuevo con El Junco, vuelve al Teatro Arriaga al frente del Ballet Flamenco de Andalucía.



Premio Nacional de Danza y poseedora también de la Orden de las Artes y las Letras de Francia, Cristina Hoyos ha disuelto finalmente su compañía para hacerse cargo de un grupo de iniciativa pública andaluza que vela por la coherencia del flamenco. Ayer, en el Día Mundial contra el Cáncer de Mama, dolencia que ella misma ha padecido, animaba a todas las mujeres aquejadas de la enfermedad a afrontarla con entereza porque «hoy hay mucha cura»: «Es muy importante seguir adelante, seguir trabajando...Y una vez que te operas -decía-, enseguida te pones a colgar la ropa o a bailar, lo que sea».



La bailarina y coreógrafa, que estrenó su nuevo espectáculo lorquiano -«más musical y con más movimiento que la 'Yerma' del 92»- dice estar segura de que García Lorca «estaría contento de que sus obras se puedan bailar: él era andaluz y le gustaba mucho el flamenco. No es fácil trasladar a la danza todo lo que cuenta con el lenguaje, si no es gracias a su poesía».



-¿Qué sensación tiene cuando actúa en teatros como el Arriaga, que no son precisamente 'territorio flamenco'?



-En muchos teatros así sólo dan ópera y danza clásica. Lo que ocurre es que el flamenco ha dejado de ser un arte de entretenimiento y ha pasado a ser un arte para admirar. Ahora es raro el ciclo de baile en el que no hay algo de flamenco... Yo ya vine al Arriaga con 'Bodas de sangre'. Fue antes de que lo restauraran. En un teatro tan bonito merece la pena venirse algo antes y disfrutarlo.



-Actuar en lugares donde quizá no se aprecie tanto lo que hace, ¿realmente le satisface?



-Yo he nacido para bailar. He nacido flamenca y en todas partes soy igual. Y yo lo que quiero es que mis sentimientos, mi forma de bailar, mis vibraciones... lleguen al público, sea donde sea. Al público le podrá gustar o no un espectáculo, pero percibe al artista en todas partes igual. El arte no hay que entenderlo, hay que sentirlo.



-En 2001 rechazaba la dirección del Ballet Nacional, porque tenía compañía propia. ¿Le apetece más dirigir hoy al Ballet andaluz?



-Cuando aquello, es verdad, tenía mi empresa, casi familiar, y no me podía deshacer de ella de la noche a la mañana. Mi madre ha muerto hace poco, pero el Ballet andaluz me posibilita no tener que irme a Madrid; prefiero estar en Andalucía.



-¿Qué asalta su memoria cada vez que se acuerda de Antonio Gades, con quien bailó tanto tiempo?



-Hicimos cosas muy importantes. Aprendí muchísimo en su compañía: la coreografía, el equilibrio de un espectáculo... Cuando después formé mi compañía, en ella había cosas muy mías, pero también el reflejo de todos los años que pasé con él. Es normal. Me suelo acordar de cuando estrenamos 'Bodas de sangre' en Roma o de cuando estrenamos 'Carmen' en París...



-Era la época de la Transición...



-No, antes. Yo debuté con él en el año 68. Luego, en el año 75, él quiso dejar de bailar por aquellas muertes tan tremendas que hubo...



-¿Se refiere a los últimos fusilamientos del franquismo?



-Sí, aquéllos. Afortunadamente, unos cuantos compañeros conseguimos que volviera a bailar... Yo creo que ha sido el mejor bailarín del siglo XX. Marcó una época, dignificó nuestro arte... Tenía un concepto del flamenco muy sobrio, muy serio... Después de Gades, todo el mundo se ha tomado con mucha más seriedad todo.



-¿Coincidían ideológicamente?



-Sí, sí. Él era comunista y yo, desde muy jovencita, también soy de izquierdas, aunque quizá no tan extremista como él, que llegó a vivir todavía unos cuantos años en Cuba. Coincidíamos en eso y en otras muchas cosas.



-¿Qué le interesa, además de lo que usted misma hace?



-Me preocupa que nuestros jóvenes flamencos lo hagan bien, porque estamos viviendo unos tiempos no sólo de fusión, si no también de confusión. Lo que no hay que hacer es equivocar al público. En todas las artes, para mantenerlas vivas, hay que evolucionar, pero que no haya confusión. Luego me gusta mucho el teatro, la ópera...



EL ESPECTÁCULO

Título: 'Yerma'.



Dirección y dramaturgia: José Carlos Plaza.



Coreografía: Cristina Hoyos.



Cantaora: Ana Ramírez.



Elenco: Susana Casas, El Junco, José Luis Vidal, Cristina Gallego, Rosa Belmonte, Encarna Fernández y Cristina Hoyoos.



Lugar: Teatro Arriaga.



Días de función: desde hoy, 20 de octubre, al domingo 24.



Horario: 20 horas (todos los días).



Precios: de 7,20 a 30 euros (bonificaciones).

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