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«La danza egipcia busca una armonía que empieza en los pies y termina en la cabeza»
Ainhoa Izagirre, bailarina de danza egipcia
La irundarra Ainhoa Izagirre lleva la danza en la sangre. Son suficientes unos minutos de entrevista para comprobar que es bailarina. Y es que, incluso cuando está sentada, conversando, sus brazos siguen en movimiento. Comenzó a bailar euskal dantza siendo muy pequeña. Su inquietud y ganas de aprender le llevaron a probar diferentes bailes. Sin embargo, no fue hasta que descubrió la danza egipcia cuando sintió que había encontrado su estilo. En la actualidad, Ainhoa Izagirre compagina su labor como profesora de danza egipcia en su academia Tzigana, con el tiempo que dedica a la compañía de baile de Marie Al-Fajr, de la que ella forma parte.
- ¿Cómo termina una chica de Irun bailando danza egipcia?
- Cuando era pequeña y estudiaba en la ikastola, empecé con euskal
dantza. Después, probé con jazz, cuando todavía era algo nuevo aquí.
Seguí con danza contemporánea, estilo en el que permanecí durante
muchos años. La que era mi profesora de nueva danza y release, María
Martínez, fue la primera persona que dio clases de danza oriental en
Euskadi. Siempre me ha atraído la música oriental y por eso decidí
probar con el baile. Y me gustó, me sentía muy cómoda bailando este
estilo. Con el tiempo, empecé a moverme por Madrid y Barcelona y conocí
un estilo de danza, la egipcia, que realmente me llenó. Es un baile
creado por Suraya Hilal, una coreógrafa y bailarina egipcia, que en su
día creó un estilo que partía desde la raíz de la danza egipcia pero
con una visión actualizada. Fue así como comencé con la danza egipcia.
- Ha hablado de la danza oriental, danza del vientre y danza egipcia. ¿Qué diferencias hay en cada estilo?
- La danza oriental engloba todos los bailes relacionados con el
mundo árabe. Por eso, decir danza oriental o danza del vientre es decir
casi lo mismo. La diferencia entre la danza del vientre y la egipcia es
que, la primera tiene toda una connotación con los tops, las
lentejuelas... para mí, la danza egipcia tiene quizá más sentido por lo
que yo busco en la vida o por cómo soy. La danza egipcia parte más de
las raíces, va desde el interior hacia el exterior.
- ¿Los movimientos de baile también son distintos? ¿Hay movimiento de caderas en la danza egipcia?
- Sí, también se mueven las caderas, pero la vestimenta es
diferente. En la danza egipcia nos cubrimos el cuerpo. El traje está
basado en la galabeya egipcia, es la túnica que utilizan allí. La ropa
que llevamos es una adaptación actualizada de esa galabeya y lo que
buscamos a través de estos trajes es que cuando te muevas veas en
movimiento todo tu cuerpo, no sólo segmentos. Si llevase el vientre al
descubierto, toda la atención se centraría en esta parte de mi cuerpo.
Y como lo que se busca es un movimiento armonioso y completo, que
empieza en los pies y termina en la cabeza, el pañuelo que llevamos
puesto también quiere recoger ese movimiento.
- ¿Y los egipcios bailan esta danza en la actualidad?
- Es lo que bailan los campesinos egipcios. Cuando vas a una fiesta
familiar, se ponen un pañuelo sobre la cabeza y en seguida se animan a
bailar. Es así. Otra cosa es que vayas a El Cairo y pagues por ver un
espectáculo más llamativo con lentejuelas, etc. La danza egipcia se
queda más con la tradición, más con esa gente del pueblo, con los
campesinos.
- Ha hablado de la mujer que creó este estilo, Suraya Hilal. ¿Tuvo la oportunidad de trabajar con ella?
- Sí, pero yo sobre todo he trabajado con Marie Al-Fajr, era la
segunda en la agrupación que creó Suraya Hilal y que posteriormente se
escindió. Voy todo los meses a París a bailar con la compañía de
profesionales de Marie Al-Fajr, de la que yo formo parte. Además, estoy
metida en una plataforma creada para la difusión de la cultura egipcia.
Esta plataforma está compuesta por músicos y bailarinas de diferentes
nacionalidades y ya ha sacado a la venta diez discos. También ha
publicado un espectáculo de Marie Al-Fajr en DVD.
- Las bailarinas de la compañía de Marie Al-Fajr, ¿son árabes?
- Somos cuatro bailarinas. Una es inglesa, otra es alemana, Marie
que es francesa y luego estoy yo. Así que nadie proviene de un país
árabe. También tenemos a dos músicos egipcios.
- A través de la danza ha conocido una nueva cultura. ¿Vive inmersa en las tradiciones egipcias?
- No es que viva inmersa en esta cultura, pero me gusta. Me
encantan la música y el baile, la sencillez de sus personas y la
conexión que tienen con lo esencial de la vida. Sobre todo, la gente
campesina, son personas simples y ven la vida sin tonterías. Pero
también hay cosas que no entiendo de esta cultura.
- Tiene una academia de danza egipcia. ¿Es necesario tener una determinada edad o complexión atlética para poder bailar?
- No, para nada. Tengo un grupo de mañana, con trece mujeres, y la
mayor tiene 73 años. Lleva ya un tiempo conmigo. He tenido a gente
desde los once años, aunque no es habitual, hasta personas más mayores.
También he tenido hombres, por desgracia pocos, pero también se han
animado.
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