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«Cada vez que un alumno llega a una compañía europea es como si me hubiera tocado la lotería»
Mentxu Medel, profesora de ballet y directora de Thalia
- ¿Ha sido difícil reunir a los bailarines que estudiaron con usted?
- Lo que más ilusión me hacía para celebrar estos 25 años era ver juntos en un escenario a todos ellos por primera vez. Cuando les llamé en febrero del año pasado, en una semana ya me habían dicho todos que sí, y es un lujo, porque cada uno está en una compañía, en diferentes puntos de Europa. Verlos juntos, cada uno con su propio estilo y su propia experiencia, creo que es un lujo. - ¿Cómo han ido los ensayos?
- Llevamos una semana trabajando en el estudio, pero hoy será especialmente intenso, porque empezaremos a las ocho de la mañana, hasta las cinco de la tarde, y entonces empieza el ensayo general hasta las siete y media.
- ¿Y no estarán muy cansados para la hora de la actuación?
- ¿Qué va! A esa hora estaremos al pil-pil. La ilusión te mantiene en forma.
- ¿Cómo ha diseñado el espectáculo?
- Quería mostrar la variedad de estilos que pueden representar todos ellos, y había que estructurarlo de manera que los que bailan varias piezas, Lucía, Urtzi y Jone, tuvieran sus descansos. Serán tres partes, en la primera saldrán las alumnas de la escuela que están trabajando ahora, y en las otras dos los que llevan una trayectoria más importantes.
- ¿Hay algún alumno con el que le hubiera gustado contar?
- Asier Edeso, y sé que a él también le hubiera gustado, pero no ha podido ser, porque se acaba de incorporar al Scottish Ballet.
- ¿Hay posibilidades de que esto se convierta en una cita anual?
- Ahora ha sido Thalia la que lo ha organizado, pero me gustaría que todos los años hubiera una gala navideña en la que se reunieran algunos bailarines vascos, no hace falta que sean todos, pero no es difícil montar un espectáculo de hora y media con cinco o seis de ellos. La gente está con ganas de ver bailar.
- ¿Qué ha sentido cada vez que uno de ellos empezaba a volar por sí mismo y hacia compañías de toda Europa?
- Una satisfacción enorme, yo me realizo a través de ellos. A veces me han llamado diciendo «Menchu, ya soy solista de la compañía», y yo he sentido que me había tocado la lotería. Yo vivo mucho la danza, es lo que más me gusta en la vida.
- ¿Y qué les da para que estén tan agradecidos?
- Pues esa ilusión que he tenido siempre, porque yo a los 20 años tuve que dejar de bailar, y puse en ellos toda mi ilusión por la danza. Pero también les he dado caña, porque yo soy muy peleona. Y la danza es dura.
- ¿La siguiente generación será tan buena?
- Ya tengo algunos en el horno, que con diez o doce años ya se les ve que pueden llegar. Pero tienen que tener mucho apoyo en casa, y suerte cuando dan el salto Madrid o Barcelona, porque también pueden encontrarse con un profesor que les lleve por otro lado y resulte negativo. Por eso siempre mantengo el contacto con ellos, he llegado a cerrar el estudio e irme a Madrid a ver qué pasaba con un alumno. Al bailarín hay que potenciarlo y darle energía positiva.
- ¿Qué les pide a los otros reyes magos, el Gobierno Vasco, la Diputación y el Ayuntamiento?
- Pido una escuela semiprofesional para que los chavales de 15 a 18 años no se tengan que ir de su tierra, en todas las escuelas hay alumnos magníficos que con una ayuda saldrían adelante.
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