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Abarcas en La Concha

Igor Herce comparte los trucos de su oficio

Egilea
A. Arambarri
Komunikabidea
Gara
Tokia
Donostia
Mota
Albistea
Data
2010/08/21

 

Igor Herce fue el maestro artesano encargado de la exhibición. Según explicó, llevaba tiempo sin hacer abarcas, aunque trabaja con cuero en un taller artesano que tiene en el caserío Leixamendi de Angiozar, cerca de Bergara. Tuvo una escudera de lujo, Mertxe, ya que aunque en un principio se acercó a mirar, acabó acompañando al artesano durante las dos horas que duró el proceso.

El número de espectadores fue desigual a lo largo de la jornada. Herce trabajó tanto casi en solitario como rodeado por un turba de niños ávidos de conocimientos acerca de lo que estaba haciendo. A más de un turista, desconocedor incluso de qué era una abarca, también le llamó la atención la labor del artesano. 

PACIENCIA El secreto para la fabricación de un tradicional par de abarcas de cuero es la paciencia. El proceso puede llegar a durar entre tres o cuatro horas, por lo que Herce no tuvo tiempo de acabar esta tarea durante la mañana de ayer. Además, las constantes preguntas de los curiosos, a las que respondía amablemente, también le iban quitando tiempo. "Y no sólo eso, una vez acabado el trabajo manual, aún hay que darle forma a la abarca", señaló el artesano. 

Como materia prima, utilizó cuero de caballo, puesto que, según explicó, "es más barato que el de vaca, aunque de menor calidad". Respecto a las herramientas, no hacía falta nada del otro mundo: con hilos, agujas, punzón y martillo, un cortacorreas y un burro de zapatero, el artesano se las arregló para dar forma al calzado. 

CALZADO TRADICIONAL

Las abarcas de cuero han sido durante siglos el calzado base del mundo rural vasco. "Ahora sólo se usan para bailar, pero hasta hace no tanto se usaban en el día a día", relató Herce.  Otrora, las materias primas las conseguían los baserritarras sin salir de sus caseríos. El cuero de los animales que mataban, y el hilo del cáñamo. Incluso el sistema para mantener calientes y secos los pies: "Iban al gallinero, recogían la mezcla de excrementos y paja que había en el suelo y se lo ponían entre la abarca y el calcetín de lana, para mantener el pie calentito", relató el artesano.

El artesano corta el cuero ante la atenta mirada de los niños.

El artesano corta el cuero ante la atenta mirada de los niños. (A.Garcia)

 

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