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«Aprendíamos a bailar viendo a los mayores de los pueblos»
Juan Antonio Urbeltz
¿Cuándo empezó a investigar la danza?
Yo empiezo a trabajar en Argia en el 65-66 , después de un vacío absoluto. Íbamos pueblo a pueblo recogiéndolo todo, y hasta hoy.
¿Y cómo aprendían las danzas?
Pues viendo bailar a los mayores de los pueblos porque había muchas danzas como Ingurutxos de Navarra que la última vez que se habían hecho fue hacia el año 34. Teníamos que ir a gente mayor, de unos 70 años, que conocían las melodías de oído, las cantaban y tomábamos notas reconstruyéndolo todo. Como no teníamos dinero para filmar, las enseñábamos directamente a los chicos: «esto se baila así».
Particularmente ¿de qué está más cerca: del investigador, del dantzari o del músico?
Yo estoy cerca de todos porque el trabajo lo veo como una totalidad. Muchas veces pienso en un final para el espectáculo que luego se convierte en el principio y éste en el final. Y cambio absolutamente, pero tan válida es una cosa como la otra.
¿Y dónde aprendió a bailar?
En la Merindad de Durango, en el barrio de San Lorenzo de Berriz, con Alejandro Aldekoa, en el año 66. Como mi mujer Marian bailaba al suelto en un concurso en Amorebieta, fui donde Alejandro y le dije que quería aprender las danzas. Luego íbamos todos los domingos desde Donosti en los Vascongados a las 6 de la mañana costaba tres horas llegar a Berriz y aprendimos en la ermita de San Lorenzo con él y sus dantzaris, que eran estupendos. En su homenaje y memoria hemos construido estas danzas al desafío sobre melodías de la Merindad de Durango con una muy interesante que se toca poco y parece que está tomada del Kyrie.
¿Es de los directores que enseña directamente los pasos a los dantzaris?
Claro, también. Y con mi mujer, que tiene una musicalidad extraordinaria, comentamos constantemente las melodías.
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