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El legazpiarra aseguró que lo que ha tratado con sus creaciones es
«enriquecer, con un lenguaje coreográfico moderno, una historia que ya
está contada en su lenguaje musical y textual. Encontrar otros caminos
que se entrecrucen con la música».
El artista, que forma parte de esa diáspora de
bailarines vascos que triunfan lejos de su tierra, afirmó conocer la
música del compositor navarro ya que «desarrollé mis estudios musicales
aquí y Sarasate era un clásico» y subrayó que ante este reto su
intención ha sido utilizar un lenguaje coreográfico con el que «abrir
puertas al público para que éste haga su propia interpretación».