¡Sois bailarinas!

Verdini Dantza Taldea ofreció una lección incontestable sobre la integración de la discapacidad mediante la danza, gracias a un trabajo constante, riguroso y adecuado. Séptimo espectáculo de la compañía donostiarra, esta obra muestra un avance exponencial. La coreógrafa Isabel Verdini plantea una reivindicación ya implícita en el título -'Dantzaria naiz', 'Soy bailarín'- y su respuesta queda patente a lo largo de setenta minutos de danza: desde la clase de barra con la que se inicia el montaje, pasando por las escenas corales y las diferentes composiciones en tríos y dúos. Muchos son los momentos emotivos del espectáculo, pero el sentimiento va acompañado, a su vez, de una técnica danzada. Comienza la obra con cuatro intérpretes ante un espejo, repitiendo su nombre y su sueño: ser bailarín. Y la continuación es una afirmación constante de esta idea. Especialmente complicada es la construcción coreográfica en canon, es decir, una misma frase repetida con un tiempo musical de diferencia. El mayor exponente de este hecho son los dos tríos de flauta que reúnen en escena a dos bailarinas sin discapacidad junto a una intérprete discapacitada. La escena grupal con la conocida canción de 'Haika mutil' demostró una gran sincronía de las componentes de Verdini Dantza Taldea sobre el escenario. Muchos aplausos a lo largo del espectáculo, para ratificar el sólido trabajo de Isabel Verdini y su equipo, que cosechó una importante ovación de cinco minutos en la sala. Porque más alto se puede decir, pero no más claro: ¡Sois bailarinas!