«A los bailarines les pedimos que sepan dignificar su trabajo»

-¿Qué le atrajo del proyecto?

-Lo conocía y desde el punto de vista de un programador me parecía atractivo. Siempre lo había visto como una herramienta de unión con los enlaces con públicos muy diferentes, por ejemplo yo lo había programado en ocasiones en actividades con adolescentes que se les consideran conflictivos. Siempre ha sorprendido que funcione tan bien y con muy buena calidad. Desde fuera veía una línea de trabajo muy importante en la formación de bailarines y, sobre todo, en la colocación en el mercado laboral. Hacen falta estructuras de este tipo que aúnen la creación con la comunidad. Al llegar he conocido otros aspectos que me han hecho enamorarme todavía más de este proyecto.

-Se encontró con una compañía que hacía unos meses había sufrido las inundaciones.

-Hemos salido del barro, pero modelándolo porque nos ha permitido darnos cuenta de algunas de las carencias que teníamos, pero también de muchas cualidades que podían pasar desapercibidas como por ejemplo nuestra rápida forma de reaccionar que es una constante en el día a día porque requieren nuestros servicios con muy poco tiempo de antelación. En estos seis meses hemos intentado definir quiénes somos y qué podemos hacer. Y nos hemos dado cuenta que podemos hacer muchas cosas, incluso demasiadas.

-¿Cómo define Dantzaz? ¿Cómo se presenta?

-Somos una plataforma para el primer empleo en el mundo de la danza. Tenemos bailarines con una calidad alta y que demuestran que tienen posibilidades de desarrollo. Nuestra función es reconvertirlos en bailarines atractivos para el mercado internacional. Pero nuestro trabajo no acaba ahí, tenemos que enseñarles a ser realistas, a que la carrera del bailarín es corta, pueden tener una lesión o quedarse en paro. Queremos que tengan en cuenta otras posibilidades para su reciclaje bien en gestión, producción, formación, o incluso que pueden optar por el autoempleo.

-Los integrantes de la plataforma son muy jóvenes, ¿qué consejos les suele dar?

-Hay uno fundamental, que dignifiquen su trabajo. Muchas veces en las familias, al bailarín que empieza a buscarse la vida profesional le suelen decir '¿cuándo vas a encontrar un trabajo serio?

-Dantzaz, en su concepto actual, lleva funcionando cinco años. ¿Qué objetivos se ha fijado para el próximo lustro?

-Después de un asentamiento, la compañía debe mirar hacia afuera. Debemos incidir en darnos a conocer , en diversificarnos y al mismo tiempo reasentarnos porque las condiciones han cambiado mucho. Antes casi todo lo relacionado con la cultura dependía de las subvenciones y ahora, para sobrevivir, hay que tocar a todas las puertas. Lo que hacemos funciona muy bien, pero para mantener el nivel hay que generar más recursos.