A la antigua usanza

Vecinos de Etxebarri recuperan la tradición de las romerías vizcaínas del siglo XVI

Si entonces los aldeanos aparcaban las layas y las azadas para ponerse la ropa de los domingos y bailar hasta que el cuerpo aguantara, los fieles se reunieron ayer, a media mañana, en la plaza Txiki Otaegi tras el sermón del párroco en la ermita más antigua del municipio. Se mantuvo el ritual de hace siglos: los músicos calentaron la garganta con buena sidra, los bailarines se amarraron bien las abarcas y el público esperó impaciente con el estómago lleno.



Los dantzaris salieron de forma ordenada ataviados con sus espadas y makilas. Los grupos, procedentes de Galdakao, Berriz, Bilbao y Basauri, emularon los tiempos de guerra con las coreografías militares 'espata dantza', 'agintariena' o 'zortziko', así como 'txontxongilo', baile en honor de los soldados muertos.



El baile del cortejo



La exhibición concluyó con la 'sokadantza', con el que los hombres invitaban a las mujeres a bailar precedidos por el 'arrekularis' y escoltados por el 'atzekulari'. Cada uno escogía a su pareja y la deleitaba con algún ejercicio de piernas, antes de cogerla del brazo y animarla a unirse al grupo. Así se formaron muchas de las parejas, ante la atenta mirada de los familiares en las verbenas de los domingos. Como ayer.