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A golpe de ezpata-dantza
Así celebró el grupo Añorgako dantzariak Arkaitz su 80 aniversario, además de con una charla, una exposición y un día de romería
Los instrumentos de Juan Mª
Beltrán, que normalmente se exhiben en el Herri Musikaren Txokoa de
Oiartzun, es una de las muestras que ha acercado el grupo Arkaitz hasta
Añorga. En una de las salas del museo se puede encontrar esta
exposición que reúne alrededor de 100 instrumentos de música popular,
tanto vascos como procedentes de otras partes del mundo. El visitante
puede encontrar desde instrumentos aerófonos como flautas, vibración de
lengüetas, trompetas... membráfonos percutidos con baquetas o con las
manos, frotados y accionados por el aire, cordófonos de cuerda
percutida, pulsada y frotada, idiófonos golpeados directamente,
indirectamente, rascados, friccionados o flexibles e instrumentos de la
música popular vasca como txistus, dulzaina-gaitas, trikitixa...
«Muchos
de los instrumentos son muy curiosos», explica Oier. «La gente se queda
muy sorprendida de que algunos de ellos puedan sonar y les interesa ver
el mecanismo de funcionamiento». Y no es para menos. Ya que, entre
estas pequeñas joyas musicales, se encuentran un contrabajo y un arpa
hechos de diversos materiales superpuestos y, a simple vista, nadie
apostaría porque son dichos instrumentos. Del mismo modo, se exhibe
gran variedad de flautas, algunas tan rústicas que parecen ramas de
árboles. Peines que vibran, el mítico hueso de albaricoque, pajitas de
refrescos manipuladas... también tienen su lugar. Sin olvidar una de
las mayores reliquias de la exposición: una trikitixa de la casa
Larrinaga y Guerrini, que se mantuvieron juntas durante no mucho
tiempo, dando paso a dos casas diferentes, conocidas por colocarse
entre las mejores fabricantes de este instrumento. Compartiendo sala
con esta exposición, se encuentra una visita fotográfica a los 80 años
recorridos por Añorgako Dantzariak Arkaitz, que está completada con un
vídeo fotomontaje.
Figura del dantzamaisu
El grupo
Arkaitz no quiso olvidar en su aniversario la figura del dantzamaisu
-el profesor de danza- gracias al cual la evolución de grupos como el
suyo es posible. Para ello, contó recientemente con la presencia del
folklorista Oier Araolaza, dantzari e investigador eibartarra. «La
figura del dantzamaisu es muy importante», explica Oier, director de
Arkaitz. «En nuestro grupo tenemos la suerte de contar con Juan Antonio
Urbeltz en este papel y la verdad es que no podemos estar más
contentos». Precisamente, su danzamaisu fue uno de los animadores de la
romería que organizó el grupo. El plato fuerte, que contó con misa y
comida en el frontón añorgatarra, fue la romería en la que el
dantzamaisu dio unas sencillas indicaciones para que todo el que lo
desee pueda bailar. Este aniversario se despidió con un Agurra de toda
la gente que pasó, está y pasará, por este grupo dantzari de Añorga.
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