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650 niños celebran en Sangüesa el Dantzari Txiki Eguna
La fiesta volvió a la comarca con 18 grupos de danza navarros tras doce años de ausencia
Las miradas al cielo, tanto de los organizadores como de los chavales, fueron constantes durante todo el día, puesto que la lluvia amenazaba con aguar la fiesta. Al final todos los actos previstos por la Euskal Dantzarien Biltzarra, la federación de dantzaris, salieron según lo esperado y sólo al final hubo que acelerar el ritmo ante la presencia de las primeras gotas de agua.
Los 650 dantzaris con edades comprendidas entre los 6 y 16 años vivieron ayer una jornada intensa. Con el objeto de llevar la fiesta al mayor número de lugares posibles, por la mañana los dantzaris fueron repartidos por diferentes pueblos de la comarca. Así en Rocaforte actuó Iruña Taldea, de Pamplona y Otsagi, de Ochagavía; en Cáseda, Muthiko Alaia y Axular de Pamplona; en Aibar, Orritz de Irurtzun, Elai Alai, de Lakuntza y el grupo de danza de Aoiz; en Gabarderal bailaron Eguzki Eder, de Ansóan y Jaso Ikastola; en Liédena actuó Haritzi, de Barañáin, Elordi, de Zizur y los dantzaris de Tafalla; por último en Sangüesa lo hicieron el grupo de danzas Rocamador, de Sangüesa, Amaiur y Oberena.
Todos los ayuntamientos de las localidades vecinas colaboraron desinteresadamente con la federación para que la fiesta discurriese de la mejor manera posible. Además, varias empresas de la zona, algunas marcas alimentarias y el Hotel Xabier contribuyeron para que los chavales almorzaran y merendaran correctamente. De hecho, los 650 chavales recibieron bocadillos y zumos a media mañana y Juan Pedro Aramendía, profesor del grupo de danzas de Sangüesa preparó la merienda. Asimismo, la fiesta estuvo supervisada de cerca por Aramendía, quien se encargó de que todas las actuaciones transcurrieran según lo acordado.
Por la tarde, Sangüesa fue el punto de encuentro en el que se concentraron todos los pequeños dantzaris. Sobre las 16.30 horas, aquí acudieron los 650 chavales vestidos con sus particulares galas, para mostrar sus mejores danzas. Tras un desfile, encabezado por el Grupo de danzas Rocamador de Sangüesa y que partió desde el Prau y discurrió por la calle Jenaro Vallejos, Santiago y calle Mayor, los grupos bailaron en diferentes enclaves de la ciudad, como la plaza de Santa Catalina, la plaza de la Abadía, calle Santiago, Mayor y Las Arcadas.
Los anfitriones, que estuvieron acompañados del grupo Eguzki Eder, de Ansoáin bailaron en la plaza de Las Arcadas, junto al castillo Príncipe de Viana. Bajo la atenta mirada de Aramendía, los treinta y seis dantzaris bailaron piezas populares de Navarra y de Sangüesa entre las que se encontraban Arin-Arin (Aldaketa), Vals (Tomasico), Arra dantza o Mandarra joku.
Sobre las seis de la tarde, hora prevista para el final de la concentración, la lluvia amenazó con el fin antes de lo previsto, sin embargo, los chavales pudieron probar la merienda preparada por Juan Pedro Aramendía antes de volver a sus casas.
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