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3.000 dantzaris de todo el País Vasco reivindicaron ayer en Vitoria el folklore popular
La jornada culminó con una comida de hermandad y una romería en Judizmendi
Los txistus y tamboriles comenzaron a marcar los primeros compases a
las doce en punto del mediodía. Los dantzaris, todos mayores de 14
años, bailaron entonces al unísono para reivindicar los bailes
tradicionales como uno de los elementos centrales del folklore vasco. A
continuación, los representantes de Euskadi, Navarra e Iparralde fueron
pasando uno a uno por el césped del campo, que sirvió de improvisado
escenario.
El tiempo se mantuvo estable lo que posibilitó que los centenares
de aficionados que siguieron el colorido espectáculo desde las gradas
pudieran disfrutar de un sinfín de fandangos, jotas y otras variantes
de danzas populares. Las ovaciones y los aplausos fueron constantes a
lo largo de la gala, que se prolongó durante más de dos horas.
Talleres infantiles
«El Euskal Herriko Dantzari Eguna es ante todo un día para
compartir», explicó López de Uralde. La fiesta anual pretende,
asimismo, contribuir al impulso del folkrore y a dar a conocer la
riqueza de los bailes del «norte y del sur, del Pirineo a la Ribera».
Para recuperar las fuerzas, los dantzaris se reunieron para
almorzar en el parque de Judizmendi tras la exhibición. La alegría no
decayó, sin embargo, por la tarde. Hubo talleres infantiles para los
más pequeños y una romería en el entorno de El Polvorín y la plaza
Sefarad.
En Álava hay 26 grupos de danzas, la mayoría integrados por niños.
Sólo hay siete de mayores. En 2008, la cita será en Guipúzcoa.
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