Dokumentuaren akzioak
27 miembros de Duguna participan en ‘Martin Zalakain’
Navarra tiene una gran presencia en la historia y en el espectáculo, que se representa hoy en Baluarte
El director artístico de Duguna Folklore Taldea, Aritz Ibañez, se muestra muy satisfecho de volver a colaborar con Argia, el emblemático grupo de danzas promovido por Urbeltz y Marian Arregi en los años 60 del pasado siglo, “en pleno franquismo”. “Recorrieron decenas de localidades para recoger las danzas que se practicaban y para intentar documentar y recuperar las que ya no se bailaban”, comenta Ibañez, para quien Argia “sigue siendo un faro que nos marca caminos muy interesantes que seguir”. Y es que, “sin la ayuda del coreógrafo, todo el repertorio que Duguna ha creado en la última década para las celebraciones de la ciudad -Ezpata-dantza de San Fermín de Aldapa, Soka-dantzas de San Blas, San Juan y del Privilegio de la Unión y danzas de troqueo- seguramente no habría visto la luz”. “Este trayecto en común ha sido un regalo y un lujo”, añade. Como también lo es este Martin Zalakain, en el que participan dantzaris de Pamplona, Eibar, Elgoibar, Deba, Donostia, Biarritz, Portugalete... Algunas veces juntos, otras por separado;de ahí que en ocasiones hayan tenido que ensayar por bloques, cada grupo en casa, como el montaje del Carnaval de Lantz “tan especial” que ha preparado Duguna, y otras veces se hayan mezclado en los ensayos que se han llevado a cabo en las localidades guipuzcoanas de Astigarraga y Eibar, donde estuvieron “prácticamente recluidos” durante las cuatro semanas previas al estreno del espectáculo en el Teatro Arriaga de Bilbao, en noviembre del año pasado.
La Navarra barojiana. En total, en Martin Zalakain intervienen 80 dantzaris, de los cuales 21 son del grupo Duguna, que también aporta seis músicos. “La característica principal se esta obra es que trata de contar una historia dramática mediante la danza”, indica Ibañez. Urbeltz siguió el modelo que han perpetuado otras tradiciones de danza como el flamenco, que ha generado montajes como María Pineda o Bodas de sangre, para elegir “un héroe popular” como el pillo enamoradizo y algo pendenciero inventado por Pío Baroja, y bailar su historia en estrecha comunicación con otras disciplinas artísticas como el teatro, la música o el canto, “como ocurre en los carnavales de Iparralde, por ejemplo”. En concreto, los espectadores disfrutarán “de danzas al desafío, luchas de palos, bailes de moda del siglo XIX, otras con aroma a puro habano, algunas con reminiscencias yiddish...” Y todas aderezadas con melodías “maravillosas”.
Las andanzas de Zalakain, que el actor Ander Lipus va narrando con pequeños parlamentos entre escena y escena, parten de su ciudad natal, Urbia, un lugar ficticio que bien podría ser Pamplona, dado que tiene murallas, un Portal de Francia... “Decía hace pocos días Kike Diez de Ulzurrun que la estancia de Baroja en Pamplona durante su infancia hizo mella en él”, recuerda el responsable de Duguna. Lo que está claro es que en la historia Navarra tiene una gran presencia, no en vano, el protagonista se cruza con el cura Santa Cruz en Bera, le detienen en Estella, se casa y reside en Zaro (Baja Navarra) y muere en Luzaide. “Toda esa geografía se percibe también en el espectáculo;está el Carnaval de Lantz, el ingurutxo, melodías de Imotz, Olague, Aezkoa, un bolero de la Valdorba creado para la ocasión... Urbeltz siempre ha intentado colocar a Navarra en el centro de su actividad artística y Martín Zalakain no es una excepción”, continúa Ibañez.
Abejas en la cabeza. El dantzari insiste en que trabajar con el coreógrafo “es un placer”. “Te lleva a terrenos que ni siquiera imaginábamos”, dice. En cuanto al proceso creativo, “el siempre dice que suele tener a las abejas trabajando en su cabeza;y cuenta con un equipo capaz de sacar miel del panal, es decir, capaz de entender sus ideas y de plasmarlas en escena”. Y también con dantzaris “que saben bailar de verdad”. “Es un hombre con una sensibilidad muy especial. No conozco a ningún otro coreógrafo cercano que tenga su capacidad de imaginar y de crear piezas tan emocionantes y tan bellas”, termina.
Los dantzaris, durante uno de los ensayos celebrados en Astigarraga (Gipuzkoa).
Dokumentuaren akzioak