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“Olentzero era un personaje de cuento y ha terminado como un elemento de puro consumo”
Emilio Xabier Dueñas Etnógrafo e investigador
En los últimos años, la sociedad vasca ha ido amoldando la figura de Olentzero en busca de un elemento identitario para la Navidad vasca. Emilio Xabier Dueñas, etnógrafo, investigador y expresidente de la sección de Folclore de Eusko Ikaskuntza, ha profundizado en el personaje, su origen y su transformación. Es editor del único estudio monográfico sobre Olentzero, junto a otros autores, titulado La tradición de Olentzero en la Navidad de Lesaka y Euskal Herria.
Estamos en Navidad, tiempo de “tradiciones”.
-Sí, las tradiciones en época navideña implican que el pueblo asume que son cosas que lleva haciendo desde hace mucho tiempo, lo cual, dependiendo de qué tipo de evento, acto o hecho, puede variar muchísimo.
Porque no siempre es verdad que se lleve haciendo desde siempre.
-Se dice “se lleva haciendo siempre”, es “de toda la vida”... aunque no es lo mismo, por ejemplo, desde el punto de vista de una persona de 30 años o de otra de 80. Luego, también la memoria es frágil. He oído de una persona que tenía cincuenta y tantos años decir que toda la vida lleva haciéndose Olentzero en Bilbao. Y otra de esa edad, pero de Getxo, decir que se hacía pero como lo prohibió Franco se dejó de hacer. Ninguna de las dos cosas es verdad.
Sigamos con Olentzero, que ya está en nuestras calles. ¿Cuánto de “tradición” tiene, al menos tal y como ahora lo conocemos?
-Olentzero es un personaje que tiene dos vertientes muy claras. Una, como componente mitológico o de cuento y otra como elemento físico, bien sea como muñeco o como persona disfrazada, haciendo un recorrido en cuestación por las casas. Las primeras informaciones sobre Olen-tzero son de 1922 aproximadamente y son del Padre Donostia y de Lekuona y posteriormente de Barandiaran, que es el que más lo recoge. Al mismo tiempo, se hacía una cuestación, que era costumbre en ciertos pueblos entre Nafarroa y Gipuzkoa. En esos sitios sí que se llevaba el personaje.
Pero en un momento, eso evoluciona, se extiende y cambia.
-Parece ser que en los años 60-70 hubo colectivos en Iruñea o incluso en Bilbao y en Donostia que, viendo que había ese personaje de la Navidad vasca, lo tomaron como punto de referencia identitario para suprimir o relevar a los Reyes Magos. Entre los años 60-70 se empieza a extender la figura de Olentzero, sacar el muñeco o una persona disfrazada, generalmente el 24 de diciembre. Posteriormente, en los años 80-90 se empieza a implantar que quien trae los regalos es Olentzero. Algunos dicen que fue El Corte Inglés, yo no lo tengo muy claro, pero se inventa eso, que Olen-tzero es el que trae regalos y baja por la chimenea, cuando curiosamente en algunos relatos también bajaba por la chimenea, pero con una hoz porque alguien no la había limpiado.
Entonces, originalmente es un personaje de cuento.
-Es un personaje ligado a un relato corto, que luego se queda en los cuentos y de ahí se extiende. Y era el personaje que se utilizaba en cuestación para que los niños y jóvenes sacaran un dinero y pasar las fiestas.
¿Qué hay de verdad en que es un personaje precristiano?
-Ahí no voy a entrar. Sí que hay un relato un poco más largo y es el tema de los gentiles, que el último gentil es el que antes de tirarse por el precipicio dice que ha venido Kixmi, entendiéndose Kixmi por Jesucristo.
Esa nueva variante de que es quien trae los regalos por Navidad, ¿es la búsqueda de un elemento identitario vasco?
-Sí, y ahora ya se entiende como propio. Jóvenes de 30 años de Bilbao dicen que es “de toda la vida”.
Antes, según algún relato, no era precisamente un personaje bonachón como ahora, sino casi el coco, el hombre del saco.
-Ha sido el hombre del saco. Ha tenido muchas versiones, no solamente era malvado. Ha tenido las dos caras. El carbonero, el que baja por la chimenea con una hoz, el que hay que poner un tronco más grueso para que el fuego dure durante la noche, por eso se le llama Olentzero enborra,...
¿La canción cuándo nace?
-No se sabe. La versión más antigua es la que se podría decir que es de viva voz, la que te podría contar un anciano que tiene 70 años y al que se le ha hecho la entrevista en los años 80 en Lesaka y dice que lo conoce desde niño, por lo que se podría ubicar la letra a comienzos del siglo XX. De hecho, Pío Baroja ya había recogido estrofas, en los años 30-40. Eso no quiere decir que no tenga más tiempo, pero los datos más antiguos son de esa fecha.
¿A qué se debe esa diversidad en su representación: muñeco, personaje vivo, con barba, sin barba, barba negra, blanca, la blusa...?
-El dibujo posiblemente más antiguo del personaje es el que aparece en el libro de las obras completas de Joxe Miel de Barandiaran, y era una figura un poco ancha, con una blusa, con la cara tiznada, una txapela y algún instrumento al hombro como carbonero que, según alguna versión, es. ¿En qué ha ido variando, o desvariando, eso? Alguien empezó a ponerse barba negra, porque era el profesor de un colegio y para que no le reconocieran los alumnos o incluso en la propia calle, para que no se supiera quién era. Así que entramos en la variante de disfraz. El siguiente paso ha sido subirle de nivel, ponerle un chaleco, unas alforjas, un pantalón de mil rayas... txukun-txukun. Luego viene la barba blanca, que entiendo que es porque la negra igual no quedaba estéticamente bien y para asemejarlo más a San Nicolás o Santa Claus. Pero no es en todos los sitios igual. El de Bilbao, por ejemplo, es de otro nivel. Es, como si dijéremos, de Bilbao (ríe).
Y ahora hasta sale en cabalgata.
-Todo el montaje que se hace en los últimos años de cabalgatas, de llegada en barco o en burro o en camello... es copia ni más ni menos que de los Reyes Magos. Y no sé si es copia buena ya.
Incluso se impone la corrección política y la última moda es que le acompañe su supuesta esposa, Mari Domingi.
-En uno de los libros de Azkue aparece la canción de Mari Domingi. En los años 70 hay un libro, Viejas canciones donostiarras, en la que aparece la canción de Olentzero como propia de Donostia y a renglón seguido la de Mari Domingi. Coincidencias. Por esos años la asociación de ikastolas publica un librito que se titula Olentzero eta Mari Domingi, donde aparece como una cenicienta, con ropas andrajosas. Ahora, de repente, aparece con Olentzero con ropas elegantes. Y en los años 80 en un pueblo guipuzcoano se saca por primera vez a Olentzero y Mari Domingi, ésta vestida con ropas de un corte aparentemente copia de los vestidos que aparecen en ciertas pinturas de los siglos XV y XVI. Hay que entender que esa vestimenta era propia de la gente noble, con lo que Mari Domingi, vestida de noble y a su lado el carbonero gordinflón y sucio, la verdad es que no pegaba. Por eso también Olentzero ha ido cambiando la imagen. Lo mismo que Olen-tzero era un elemento identitario vasco, este es un elemento de paridad. No entro en si necesario o no. Si hay Olentzero tiene que haber Olentzera, y como no la hay, pues ponemos a Mari Domingi.
Al final, se ha convertido en un objeto de consumo.
-Totalmente. Por eso digo que el inicio de Olentzero como el que trae los regalos tuvo que ser invención de alguna empresa de comercio. Es totalmente para el consumo.
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