Dokumentuaren akzioak
“La danza es capaz de expresar cualquier emoción”
Director del Festival Internacional del Folklore de Portugalete, José Ignacio Beitia
Cuéntenos brevemente la trayectoria del Festival
El festival empezó en 1972 a raíz de un viaje que hicimos a un festival internacional. Nos planteamos traer un festival parecido a Portugalete, una fiesta en la que todos los países pudieran exponer sus danzas. Así que, al año siguiente conseguimos nuestros primeros dos grupos internacionales, un grupo irlandés y otro francés; y a partir de ahí, ha ido aumentando con los años. Tuvimos un breve parón del año 76 al 79, por la época política.
¿Qué supone para Portugalete su celebración?
El tema del Festival pone a Portugalete en la mente de mucha gente, no solo de aquí, sino en todo el mundo. En estos 37 años han asistido una media de 7-8 grupos, lo que supone un montón de países que han convivido con nosotros y con los cuales hemos tenido relaciones. Ahora, con el efecto del boca a boca, se ha provocado un efecto multiplicado y podemos decir que somos un referente importante como Festival Internacional.
¿De qué manera es positiva la danza tradicional para la población y el conocer otras danzas tradicionales del mundo?
A la gente esas cosas le ayuda a ver la diversidad en la que se mueve el mundo. Tienen una luz común, el ritmo y la música, facetas comunes que son los mismos aspectos que igualan a las personas. Pero luego, como el ser humano, todas son diferentes, todas tienen algún aspecto que lo diferencian frente a las otras. La danza nos acerca a cualquier cualidad humana, es capaz de expresar cualquier emoción que deseemos como la alegría o la felicidad.
¿Cómo valoraría el nivel de participación ciudadana y de organismos público/privados?
Nunca estamos muy conformes con toda la participación que tenemos, siempre deseamos más. Pero comparando con otras instituciones y grupos, nosotros no estamos mal, nos defendemos. La colaboración de los pequeños organismos y comercios, la del Ayuntamiento, Diputación y Gobierno vasco siempre ha sido una gran ayuda, y siempre nos han echado una mano en la medida de sus posibilidades. En cuanto a la población, siempre ha abarrotado todos los espectáculos; lo que es sin duda la mejor colaboración.
¿Cuántas personas llegan a participar en su preparación?
A lo largo del año, una docena de personas se ocupan de los aspectos administrativos y contrataciones de los grupos. Pero al llegar el festival nos juntamos entre 120-130, casi siempre las mismas personas. Los equipos normalmente son los mismos de un año para otro, es un grupo bastante estable. Normalmente la dirección de todo el evento recae en un grupo de unas 12 personas.
¿Se podría decir que todas las danzas folklóricas coinciden en algún rasgo común?
El rasgo común es el ritmo, más o menos alegre o vistoso, pero siempre es el ritmo. Esa expresión, la del ritmo y el baile, es la expresión diferente del folklore del mundo, y cuanto más antigua las danzas, más se asemejan. Si vemos un grupo que trae una danza muy ancestral, no encontramos tantas diferencias con nuestras danzas más antiguas. Vemos grupos africanos que la mayoría de sus expresiones son muy similares de un país a otro dentro del mismo continente o incluso, de un continente a otro.
¿Cuáles son los requisitos que han de cumplir los grupos para participar en el este Festival Internacional?
La selección la realizamos procurando que haya un equilibrio entre todos los continentes. Pero eso es muy complicado, y solo dos años hemos conseguido que participen todos. Normalmente por lo menos cuatro sí que conseguimos, así aseguramos que haya mayor variedad de estilos entre las danzas. Luego, lógicamente necesitamos que tengan un mínimo de credibilidad y que concuerden con las exigencias tradicionales de su país de origen. Pedimos también que tengan su propio grupo de música directa, que sean mayores de edad, y por supuesto, que sean de calidad. Ocho es casi siempre el número de participantes contando a nuestro grupo, aunque va variando y hemos tenido hasta nueve grupos. No podemos traer todos los grupos que pudiéramos ya que las instalaciones de las que disponemos son muy limitadas. En el colegio Astileku, que es donde hospedamos a los grupos, hay una determinada infraestructura y son lo que caben. Tenemos también limitación con los colaboradores y voluntarios, y solo podemos controlar hasta un número determinado de gente. Pero por muchos grupos que traigamos, no creo que se realizara una mejora en el Festival. El tiempo que les damos en estos momentos es el adecuado, y por lo tanto si vendrían más grupos, tendríamos que reducir drásticamente los tiempos, perdiendo calidad.
¿Cómo ha variado la participación de países a lo largo de los años?
Procuramos traer nuevos, pero es difícil, porque ya no nos centramos en traer países diferentes, sino es etnias diferentes. Casi todos los años traemos a alguien de Rusia, porque tienen un montón de etnias. Udmurtia tiene su propia lengua, su propio estilo..., que lo diferencia del resto de sus regiones. Con China nos pasa lo mismo, tiene mas de 50 étnias muy diferentes entre sí. Son países todavía a descubrir. Aún así, por mucho que lleguemos a traer a tantos, es difícil que lleguemos a conocer a todos.
Se cambió la ubicación del polideportivo de Zubi-Alde a la plaza San Roque. ¿Por qué el cambio?
Este es el cuarto año que lo hacemos en la plaza, no es que sea el sitio ideal por sus múltiples problemas; pero cuando en su momento pensamos que lo mejor era sacar la danza a la calle, vimos la posibilidad. Nos costó muchísimo decidirnos a dejar el polideportivo porque ese lugar no tiene problemas de lluvia, ni de aforo, ni de sitio. Pero desde que hemos salido a la calle, nos acercamos de verdad al pueblo.
Esto supone un cambio en las actuaciones, de luz y de movimiento... ¿cómo se realizan los ensayos?
Igual que antes, solo que en vez de hacerlo de forma privada, ahora el ensayo es público y la verdad, también es atractivo poder ver los ensayos para aquellos que se acercan. Cómo se coloca el sonido, los andamios la carpa, el escenario, etc. La gente que antes apenas participaba, ahora lo hace en el montaje y la puesta en escena. Vive mas los entresijos del festival.
El escultor Juanjo Novella todos los años realiza una escultura para el Festival, ¿Qué significado tiene y cómo surgió?
Esta idea, “munduko sustraiak” nació de un viaje que hicimos hará como diez años a México, para participar en su festival internacional. Plantaban un árbol para recordar los grupos participantes. Nosotros asimilamos esta idea y la trasformamos para realizar algo parecido. Primero realizábamos la escultura en piedra, pero luego lo hicimos con el diseño de Juanjo Novella. Estos materiales perduran en el tiempo, y esperamos que nos perdure a todos; como representación de unión entre todos los países. El árbol con la tierra de su país natal se alimenta y se plasma en sus hojas, en un estado puramente simbólico. Recuerdo que algún grupo, por ejemplo el de Chile que repitió su visita, se llevó muy grata impresión al verse reflejado allí, en un espacio público abierto a todos.
¿Qué proyectos de futuro tiene Elai-Alai?
Nosotros ahora estamos con miras al año próximo que hacemos el 50 aniversario, y por lo tanto ya nos levantamos con ese espíritu de celebración. 50 años es toda una vida, y de alguna forma esperamos poder llegar a celebrarlo.
José Ignacio Beitia, frente a las oficinas de Elai-Alai.
Dokumentuaren akzioak