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“En esta escuela aportaremos toda la experiencia y formación que hemos adquirido en tantos años”
Iker Murillo y Vitali Safronkine bailarines y fundadores de Studio 24
El pasaitarra Iker Murillo salió de casa con tan solo quince años para ir a formarse como bailarín a Madrid. 24 años después, y tras una exitosa carrera profesional, en especial en Alemania y Suiza, regresa a Antxo. Aquí, junto al bailarín ruso Vitali Safronkine afronta el reto de poner en marcha una academia “algo diferente”.
Supongo que tendrían muchas ganas de volver a casa.
-Hace tiempo que estábamos pensando en volver. Te vas planteando un poco, no la retirada, pero sí el futuro, porque no puedes bailar hasta larga edad. Teníamos claro que íbamos a volver aquí. Nos estábamos perdiendo pequeños detalles de la vida familiar que para nosotros son importantes, y los únicos que faltabámos éramos nosotros.
¿Cómo se gestó la idea de crear Studio 24?
-Teníamos claro desde hace tiempo que queríamos abrir una escuela; pero en Antxo nos ha costado mucho encontrar un local apropiado. Necesitábamos un local con espacio, con techos altos, con pocas columnas...
Finalmente han hallado lo que anhelaban en la calle San Markos Errepidea, junto al DIA. ¿Tuvieron claro que abrirían el estudio en Antxo?
-Sí, lo teníamos claro. En los alrededores no hay una escuela de ballet profesional y Pasai Antxo está muy bien comunicado por transporte público.
¿Qué disciplinas y cursos ofrecerá su escuela?
-El plato fuerte es el clásico, que es de donde venimos nosotros; pero lo que queremos es que los alumnos abran su abanico y prueben un poco de todo: contemporáneo, hip-hop, neoclásico... porque el que no vale para una cosa puede valer para otra. Por las mañanas también habrá clases de ballet para adultos, porque hay mucha demanda. También ofrecemos yoga, pilates y pilates para embarazadas.
¿Por qué el nombre Studio 24?
-El 24, al llevar 24 años fuera de aquí. Además, la amona, que falleció en febrero, nació en el año 24 y ese número tiene un gran significado para nosotros. Lo de studio es una idea que sacamos de Nueva York, y es un lugar donde la gente se junta y baila. De ahí el nombre Studio 24.
¿En qué se va a distinguir esta escuela o estudio de otras?
-Aportamos toda la formación y experiencia que hemos adquirido en estos años. Desde el principio teníamos claro que queríamos hacer algo profesional y algo de calidad y en las clases introduciremos el inglés. En la escuela se puede entrar a partir de los cuatro años. También daremos importancia a la disciplina.
¿Qué aportarán a la sociedad?
-Para profesionalizarse aquí no hay nada. Con esta escuela queremos que el bailarín no tenga que irse de casa a edades tan tempranas como las nuestras, quince y once años, para formarse. Si en un futuro se quisieran dedicar a la danza profesionalmente nosotros tenemos contactos en este mundo y les podríamos asesorar en su carrera.
¿Hay afición a la danza en Pasaia?
-Afición sí hay. Otra cosa es saber hasta dónde tenemos apoyo cultural. No nos cansamos de decir que fuera estamos mejor valorados que aquí. En el pueblo sí notamos el cariño de la gente, pero se nos reconoce más fuera.
Su txoko de Gipuzkoa preferido. El ruido de las olas y el olor a salitre del mar. Después de tanto tiempo fuera, se echa de menos el mar.
Un paisaje idílico. Aiako Harria, tiene un significado familiar muy importante.
Un monte. San Marcos, porque está cerca.
Una playa. Las de Donostia. Sobre todo, la Zurriola, en especial cuando hace mal tiempo y no hay gente.
Unas fiestas o un evento. Los sanfermines de Antxo, sin duda.
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