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1971 Gades, resfriado en la terraza de Oquendo
Antonio Gades estaba hace cuarenta años en San Sebastián,
donde clausuró con su espectáculo la edición número 32 de la Quincena
Musical. En DV le hizo José Acosta una entrevista que apareció publicada
en la contraportada y que empezaba así. «Está sentado a la puerta del
Oquendo. Bebe café. La tarde es calurosa y anda poca gente por la calle.
Es la tarde y se han ido a las playas o al monte. De vez en cuando
suena un transistor. Es que ha comenzado el fútbol, nada menos que el
fútbol, el 'pan espiritual' de la mayoría...».
El crítico de DV José Luis de Salbide elogió la actuación de Gades y su compañía en la Quincena, pero opuso objeciones a su «intento de depurar el baile popular incorporando la estilización de la danza clásica (...). Claro es que en esta fusión de elementos populares y clásicos de la danza puede haber tendencia a desvirtuar la raíz popular, mejor dicho, a restarle la 'garra' y hondura que le caracterizan». En todo caso, Gades bailó en el Victoria Eugenia «con un estilo magistral la 'seguiriya', el 'tango', el 'mirabrás' y la 'rumba', con un conjunto bueno y armonioso, equilibrado en pasos, actitudes y colores».
«Mira hacia la fachada del Victoria Eugenia, donde
actuará un par de horas después. (...) El hombre, joven, bailarín aún
sentado, se queja de un catarro: 'Es que en el Palacio de Deportes de
Bilbao las duchas y vestuarios están demasiado lejos y me enfrié después
de la actuación'. Es Antonio Gades un gran bailarín, un hombre
inteligente y con ideas que merecen cumplirse».
Se refería el redactor a la reclamación en la que
insistía Gades a lo largo de la entrevista: «Si hubiese un Ballet
Nacional no se daría esa cantidad de gente que anda mixtificando el
baile español y dejándonos en mal lugar. Un Ballet Nacional tendría un
cuerpo de baile, una academia, un archivo de coreografía... Un Ballet
Nacional sería el gran grupo profesional que llevaría por el mundo el
tesoro del baile español».
Resulta curioso saber que, cuando al fin se creó el
Ballet Nacional Español en 1978, Gades sería nombrado su director (y que
sólo duraría dos años en el cargo).
El crítico de DV José Luis de Salbide elogió la actuación de Gades y su compañía en la Quincena, pero opuso objeciones a su «intento de depurar el baile popular incorporando la estilización de la danza clásica (...). Claro es que en esta fusión de elementos populares y clásicos de la danza puede haber tendencia a desvirtuar la raíz popular, mejor dicho, a restarle la 'garra' y hondura que le caracterizan». En todo caso, Gades bailó en el Victoria Eugenia «con un estilo magistral la 'seguiriya', el 'tango', el 'mirabrás' y la 'rumba', con un conjunto bueno y armonioso, equilibrado en pasos, actitudes y colores».
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