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Profeta en su ciudad

Alicia Amatriain reivindica el talento de los artistas vascos en el homenaje tributado por el Ayuntamiento de Donostia

Alicia Amatriain, bailarina principal del ballet de Sttutgart, recibió ayer el homenaje de su ciudad, Donostia, en una ceremonia donde la emoción se cruzó con un toque de atención a las instituciones públicas para que cuiden y fomenten el talento de los llamados a convertirse en los artistas vascos del futuro.
Komunikabidea
Noticias de Gipuzkoa
Tokia
Donostia
Mota
Albistea
Data
2017/11/10
Lotura
Noticias de Gipuzkoa

Este acto, que el Ayuntamiento esperaba haber celebrado el pasado año, tuvo lugar ayer en el salón de plenos del consistorio, en la víspera de la primera de las dos galas que la bailarina ofrecerá en el Victoria Eugenia, ese “teatro lleno de alma”, donde se subió a un escenario por primera vez.

Donostia bihotzean es el título que Amatriain, galardonada en 2016 con el Oscar de la danza, el premio Benois de la danse a la mejor bailarina, ha elegido para rendir tributo a la ciudad en la que nació en 1981 y en la que no actuaba desde hace seis años.

Compañeros del Ballet de Sttutgart, del Het Nationale de Amsterdam y del Teatro Mariinsky de San Petersburgo acompañarán a la artista donostiarra en estas galas de hoy y mañana, que incluyen en el programa el Onegin de Tchaikovsky, cuya protagonista, Tatiana, fue su primer rol profesional.

Amatriain lleva ese papel en el corazón y con el corazón regaló a Donostia las “puntas” con las que lo interpretó el pasado fin de semana.

Con ese regalo se ha cerrado la ceremonia, que comenzó con el recibimiento en la escalinata de acceso al salón de plenos de alumnas de la Escuela Municipal de Danza, las cuales bailaron luego mientras María Berasarte cantaba un bella versión del Txoriak Txori de Mikel Laboa.

Dos danzas vascas de la mano de integrantes del grupo de danza Kresala han dado paso a los discursos. El alcalde, Eneko Goia, destacó que Amatriain es “uno de los grandes nombres” de la historia de Donostia y que la ciudad “por fin” puede tributarle “un reconocimiento más que merecido”.

La bailarina, muy emocionada, agradeció el apoyo recibido a lo largo de los años de sus padres, de su familia de aquí y de la del Ballet alemán, y de sus “maestros” del Conservatorio Municipal de Danza de San Sebastián, Peter Brown y Águeda Sarasua, ya fallecida.

Subrayó la “enorme labor” de ese conservatorio, “vivero de grandes bailarines”, pero lamentó que la capital guipuzcoana no cuente con un centro “donde obtener la titulación oficial”. “Eso me entristece porque somos una ciudad donde la cultura es casi su primer apellido”, señaló la bailarina, quien confesó que su carrera “no ha sido un camino sencillo”, sino que ha tenido que superar “diferentes escollos hasta llegar a buen puerto”.

Tras asegurar que se siente orgullosa por proceder “de una familia trabajadora” y que sabe “el grandísimo esfuerzo” que su formación costó a sus padres, dijo que su “experiencia” con las subvenciones y ayudas públicas para la formación fue “agridulce”. “Ahora me puedo reír”, reconoció.

“Me gustaría insistir en la importancia de la concesión de esas ayudas. El dinero público debería invertirse en apoyar el muchísimo talento que hay en nuestra tierra, para que ninguna persona con aptitudes, capacidad y voluntad de trabajo se quede sin poder desarrollar su arte”, enfatizó.

En su opinión, se deberían “implementar” programas de formación para que “el talento donostiarra, guipuzcoano y vasco que está en el extranjero pueda volver para formar a las siguientes generaciones”, y de esa manera propiciar que los vascos sigan bailando, ya sea al lado o lejos de los Pirineos, “pero por decisión propia”.

Amatriain expresó además su deseo de que los teatros de Donostia, Gipuzkoa y Euskadi “fueran conscientes del inmenso talento local que hay en el extranjero” y que “no resultara tan excepcional programar un espectáculo” con ellos. “Desde mi debut como profesional en el Sttutgart Ballet, tardé ocho años en actuar en mi Donostia. Fue de manera altruista en la décima Gala de la Danza en el Kursaal. Todos estamos deseando actuar en casa ante nuestras familias, amigos y seres queridos. Tomad nota”, concluyó. - N.G.

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(Ruben Plaza)

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