Oier Araolaza: “Askotan esaten da mila aldiz esandako gezurra ez dela berez egia bihurtzen. Bada, batzuetan bai”

Oier Araolaza Arrieta nos habla de la investigación desarrollada para su tesis “Genero-identitatea Euskal Dantza tradizionalaren eraikuntzan” (La identidad de género en la construcción de las danzas vascas tradicionales).

Oier nos explica que las mujeres hasta la tercera década del siglo XX las mujeres también bailaban el aurresku, pero a partir de entonces dejaron de hacerlo. Asimismo, se les prohibieron otros muchos bailes, prácticas y espacios.

En ese momento histórico, la idea del género binario se fortalecía hasta el último extremo.  De esta manera, el mundo se veía dividido en dos: el mundo de los hombres y el mundo de las mujeres. Esta idea perdura y también está naturalizada hoy en día, de manera que interiorizamos una visión que entiende que hombres y mujeres nacen diferentes biológicamente, y por tanto, con diferentes trabajos, ocio, maneras, e incluso diferentes modos de bailar y de vivir el cuerpo. En el caso del baile, además, es una práctica que se realiza en la plaza de manera que todo el mundo a través de la observación puede “aprender” como se mueve cada uno de los cuerpos, dependiendo del género dentro de este sistema binario. Al contrario de como se hacía hasta esa tercera década del siglo XX, los bailes del folklore vasco empiezan a clasificarse a partir de las categorías de género: bailes de hombres y bailes de mujeres.

[ELKARRIZKETA AUDIOA]