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La Cruz de Mirandaola regresó a su lugar original

La Ezpata Dantza fue interpretada entre hombres y mujeres por primera vez en la historia de Mirandaola

El veterano Félix Tejedor fue el encargado de abrir las puertas de la ferrería, estrenándose como ferrón mayor
Egilea
Cristina Limia
Komunikabidea
Diario Vasco
Tokia
Legazpi
Mota
Albistea
Data
2016/05/10
Lotura
Diario Vasco

Vestido con un distinguido traje de época, Félix Tejedor encarnó el domingo al ferrón mayor de Mirandaola, máximo representante de las lindes de la ferrería y responsable de abrir sus puertas al pueblo. Daban las once de la mañana cuando decenas de legazpiarras llegaban al lugar cargando a hombros la preciada reliquia de la Cruz, aparecida el 3 de mayo de 1580 en la ferrería y protagonista de uno de los episodios más enigmáticos de la historia local. El domingo, el misterio se tornaba en fiesta para los ferrones, orgullosos de recibir a sus convecinos y mostrarles una vez más, el bello legado de Mirandaola: el fuego, el agua, el hierro y el ser humano reproduciendo un oficio que ha marcado significativamente el devenir legazpiarra. «El día de Mirandaola es el más importante del año para nosotros, es muy bonito sentir la cercanía de la gente», declaraba Félix Tejedor, ferrón desde hace 12 años. A pesar de su veteranía en la materia, esta vez vivía la fiesta con un plus de nerviosismo, ya que se estrenaba como ferrón mayor, tomando el relevo de Juan Marín. A su lado, otros cinco ferrones, Kepa Mendikute, Joseba Bikuña, Rafa Vizuete, Erlantz Agirre y Joseba Larrea (el más joven de todos con 24 años), ejercieron de magníficos anfitriones, más si cabe, al frente del fortalecido martillo de la ferrería, cuyo mecanismo había sido afinado el pasado 22 de abril por operarios de la Calderería Urretxu. «Su reparación ha despertado un gran interés, mucha gente se ha dirigido a nosotros para preguntarnos por el resultado y podemos decir que el martillo marcha como la seda», indicaban los ferrones sobre la monumental pieza, que ha visto reajustadas todas sus cuñas e incorpora un nuevo tope para frenar el desplazamiento que venía sufriendo.

Ezpata Dantza mixta

El martillo no fue el único elemento novedoso del día. Los dantzaris de Sustraiak y Korosti escribieron un nuevo capítulo en la historia de la Ezpata Dantza de Legazpi, abriendo la puerta a las mujeres en un baile que, hasta la fecha, había sido interpretado exclusivamente por hombres en Mirandaola. Un total de 16 jóvenes dantzaris, 8 hombres y 8 mujeres, daban el paso al pie de la ferrería, bajo la ilusionada mirada de sus seres queridos y el caluroso aplauso de un público que vivía el cambio con plena naturalidad.

Misa santa y romería

A pesar de la nublada mañana del domingo, fueron numerosos los vecinos que se acercaron a disfrutar de la fiesta desde sus distintas vertientes. El párroco local Iñigo Mitxelena, ofició la tradicional misma santa, con el acompañamiento de las voces de Santikutz Abesbatza. Los niños fueron también protagonistas a través de una simpática romería, ofrecida en el frontón de hierro con dantzari txikis, trikitilaris, panderojoles, bertsolaris y el teatro del 'Milagro de la Cruz'. Una comida popular y la romería de los hermanos Elustondo pusieron el broche a las fiestas patronales, que vieron truncado su regreso al pueblo en kalejira por culpa de la lluvia.

Últimos pasos de la reliquia de la Cruz de vuelta a Mirandaola, escoltada por ezpata dantzaris, txistularis, autoridades y vecinos de Legazpi.
Últimos pasos de la reliquia de la Cruz de vuelta a Mirandaola, escoltada por ezpata dantzaris, txistularis, autoridades y vecinos de Legazpi. / FOTOS LIMIA

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