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El zumarragarra Juan Bautista Busca, el primer acordeonista vasco

EL TAMBIÉN ACORDEONISTA Y ESTUDIOSO GORKA HERMOSA HA PUBLICADO UN ARTÍCULO EN EL QUE DEFIENDE ESA HIPÓTESIS
Egilea
Asier Zaldua
Komunikabidea
Noticias de Gipuzkoa
Tokia
Zumarraga
Mota
Albistea
Data
2020/01/18
Lotura
Noticias de Gipuzkoa

Juan Bautista y Josefa Antonia, con seis de sus hijos, hacia 1890.

Gorka Hermosa, acordeonista y autor de varios libros sobre este instrumento, ha publicado un artículo en el que defiende que el primer acordeonista vasco fue el zumarragarra Juan Bautista Busca. Este artículo se puede leer en la web gorkahermosa.com.

Hermosa recuerda que el acordeón se inventó en Viena en 1829 y llegó a París y Madrid en 1831 y 1836 respectivamente. Los primeros acordeones que se importaron a Madrid procedían de Francia y el camino real que unía París y Madrid pasaba por Gipuzkoa y Araba.

El acordeonista urretxuarra sostiene que aunque el acordeón ya sería conocido en Euskadi mucho antes de la llegada de Busca, este es el primer acordeonista conocido. Busca nació en el Piamonte en 1839. En 1859 vino a Euskadi, a trabajar en las obras del ferrocarril. Desde su llegada tocó el acordeón.

En 1862, la empresa para la que trabajaba llevó sus operarios a Zegama. Aquel mismo año, Busca se casó con la zegamarra Josefa Antonia de Sagastizabal. Al poco tiempo abrieron una cantina a 500 metros de la boca sur del túnel de Oazurtza (el más largo de la línea Madrid-Irun).

Las obras de ese tramo de la vía finalizaron en 1864 y el matrimonio se trasladó a Zumarraga. Se instalaron en el número 21 de la calle Zubiaurre (actual Kalebarren) y abrieron otro bar. Desde 1864 hasta 1969 trabajó en el tramo Zumarraga-Beasain del ferrocarril y en la barra del bar.

Al ser ciudadano italiano pudo permitirse hacer de su taberna zona neutral, por lo que entraban tanto los carlistas como los liberales. Cuentan que entre sus más asiduos visitantes estaba el cura Santa Cruz.

Después fue también carnicero. Construyó un puente de cuatro tablas sobre el río Urola con la excusa de pasar a las huertas que tenía al otro lado, pero el Ayuntamiento le obligó a quitarlo porque sospechaba que lo utilizaba para hacer contrabando de carne. En 1900 puso en marcha una empresa de fabricación de artículos de mimbre, junto con dos socios. Esta fábrica se cerró en 1968.

Era un hombre peculiar y parece que se paseaba por Zumarraga con un pendiente de oro en la oreja. También era conocido por su afición a la talla de madera. Su esposa y él tuvieron nueve hijos. Las dos mayores nacieron en Zegama y murieron siendo niñas. Los siete restantes nacieron en Zumarraga. Uno de ellos, Juan Ignacio Busca Sagastizabal, fue un reputado organista y compositor. Compuso numerosas obras religiosas y se cree que también fue el autor de la popular Aldapeko sagarraren.

Otro hijo suyo, José, fue alcalde de Zumarraga entre 1920 y 1923. Era muy aficionado al folklore vasco y a la música. Y el reputado gastrónomo José María Busca Isusi era nieto de Juan Bautista.

Este, además de inculcar el amor a la cultura entre sus descendientes, provocó que el acordeón sea un instrumento muy querido en Urretxu y Zumarraga. De Zumarragako Trikitixa a Gorka Hermosa, la lista de trikitilaris y acordeonisas es interminable.

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