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“La danza para mí es una forma de existir”
El Kursaal acogerá el sábado a las 20.00 horas ‘El lago de los cisnes’, creado por esta leyenda de la danza que roza los 95 años y piensa aun “en lo mucho que queda por hacer”
Alicia, supone todo un honor hablar con usted. ¿Es consciente de ser un mito de la danza mundial? ¿Qué siente cuando recibe estos apelativos?
-Me siento como un ser humano y una artista que ha trabajado mucho y que ama su arte sobre todas las cosas. En relación con ser un mito, tanto me lo han dicho que lo que siento es preocupación y responsabilidad.
Su compañía ha visitado en varias ocasiones el Estado, ¿qué supone para usted viajar a este lado del charco y reencontrarse con este público?
-Puedo decir con total sinceridad que, para mí, visitar España es siempre una gran emoción. Aquí vine por primera vez siendo niña, con mis padres. Aquí tomé mis primeras clases de danza que fueron de baile español. Aquí he tenido grandes éxitos artísticos y tengo entrañables amigos.
¿Pero nunca ha querido dejar Cuba, no? ¿Allí es donde se inspira y crea mejor?
-Me siento como un árbol, con sus raíces en Cuba, aunque sus flores y sus frutos se entreguen al mundo entero.
Un gran parte de su carrera como primera bailarina la desarrolló en Estados Unidos, ¿está contenta de que se estén reestableciendo las relaciones entre los dos países y de que, de este modo, la cultura también pueda circular con más libertad?
-Una parte importante de mi carrera la hice en Estados Unidos, allí alcancé un gran nombre artístico y gané un publico inolvidable. Desde luego, me satisface que mejoren las relaciones de mi país con los Estados Unidos, aunque aun hay mucho que avanzar en ese camino. El Ballet Nacional de Cuba ha actuado varias veces en aquel país y espero que ahora se incrementen los intercambios culturales.
¿Qué es la danza para Alicia Alonso? ¿Qué ha significado en su vida y cómo le gustaría que la entendiéramos los demás?
-La danza ha sido y es, mi vida, para mí es una forma de existir, un bello camino que deseo puedan recorrer los que tengan vocación y condiciones para ello. Me gustarían que vieran la danza con respeto, como algo importante y necesario para los seres humanos.
¿Bailando hasta el día más triste se pasa mejor?
-La danza puede expresar todas las emociones. Y hacernos mejores personas.
¿Y cómo le parece que las instituciones políticas tratan a esta disciplina artística? (Porque en España está un poco olvidada tanto en el ámbito educativo como en el de las programaciones escénicas).
-En Cuba, después de 1959 ha habido un gran apoyo para la danza escénica. El Estado apoya las escuelas y a las compañías profesionales. Sé que eso no ocurre así en muchos países, y es una lástima, pues se priva al pueblo de una bella expresión artística. El ballet no está en crisis como género artístico, la crisis está en los que tienen el deber de apoyarlo y no lo hacen. Sin escuela, compañía y producciones escénicas adecuadas, no hay danza posible. Y la culpa no es de este arte.
¿Cuáles han sido los maestros de Alicia Alonso?
-Estudié en Cuba con el rusoucraniano Nicolai Yavorski y en los Estados Unidos con la rusa Alexandra Fedorova y el italiano Enrico Zanfretta. Estos fueron los principales, pero hubo muchos más. Y en realidad he aprendido de todos los que me rodeaban y tenían algo interesante que mostrarme. También, y no es menos importante, he aprendido de mí misma, de mi trabajo individual.
¿Qué consejo o consejos les daría a los bailarines que hoy están estudiando danza?
-Que si aman su carrera luchen por ella, que vale la pena su esfuerzo. Eso sí, trabajar, siempre trabajar es el secreto del éxito.
¿Cómo ve el nivel de las producciones de danza hoy en el mundo? ¿Qué le parece que cada vez se tienda a mezclar más todos los estilos y a fusionar también la danza con el teatro, los audiovisuales y otros elementos?
-Hay de todo: bueno, regular y malo. Pero, en general, la danza atraviesa un buen momento en muchos países. La pureza de los estilos es algo muy importante, a no ser que se trate de una mezcla realizada con un propósito artístico y con mucho talento. La fusión con el teatro y el uso de nuevas tecnologías no son en sí mismos negativos. Pero deben hacerse con rigor artístico y con obras cuyo estilo lo permita.
¿Qué legado le gustaría dejar a Alicia Alonso, cómo le gustaría que la recordaran?
-Mi legado está a la vista. He realizado una larga y muy exitosa carrera como bailarina, no solo como intérprete respetuosa de los grandes clásicos, sino también del neoclásico y del ballet moderno. Junto a otras personas he creado el Ballet Nacional de Cuba y lo que se conoce como la escuela cubana de ballet. Espero me recuerden como una artista honesta con su arte y su época que amó la danza sobre todas las cosas.
¿Nunca ha pensado en retirarse, estará ahí, creando hasta el último día?
-Nunca pienso en el fin, sino en lo mucho que queda por hacer. Me parece que estos son pensamientos más útiles y positivos.
¿Cómo le gustaría que fuera el Ballet Nacional de Cuba del futuro?
-Que mantenga lo que ha logrado y avance cada día más. Que siga viviendo al ritmo de la vida. Que no se duerma en los laureles y se plantee cada día nuevas metas. Que no olvide la tradición y los deberes con su pueblo.
Eso es todo, Alicia, ha sido un placer. ¿Volveremos a verla por Donostia?
-Ese es mi deseo. Y traerles nuevos títulos de nuestro repertorio. ¡Hasta entonces!
la obra
‘El lago de los cisnes’. El ballet creado por Marius Petipa y Lev Ivánov y estrenado en Moscú en 1877 es uno de los más populares del repertorio tradicional. Esta obra cuenta la historia del príncipe Sigfrido, que tiene que buscar una esposa. Un día, se enamora de Odette, una reina que, por un maleficio, durante el día adquiere la forma de un cisne. Los enamorados luchan por su amor y tratan de romper el maleficio. Según declara Alicia Alonsó, El lago de los cisnes es “una obra maestra de la danza clásica”. “Está llena de colorido y utiliza el virtuosismo técnico en función del estilo de toda una época”, continúa. “Es probablemente el título que más atrae al público en todo el mundo”, sostiene.
Función en Donostia. El ballet de Alonso actuará el sábado a las 20.00, en el Kursaal. Las entradas cuestan entre 32 y 49 euros.
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