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Mutildantza de Elizondo
Con el objetivo de dejar clara nuestra actuación durante las pasadas fiestas de Santiago, nos vemos en la necesidad de dirigirnos al pueblo de Elizondo por medio de estas líneas. Antes de nada, queremos empezar diciendo que es ésta una carta que nunca hubiéramos deseado escribir.
Entendemos la labor de los txistularis del pueblo como aquella que consiste en tocar a lo largo del año en una serie de fechas señaladas entre las que se encuentran las fiestas de Elizondo. En ellas se toca en actos como el txupinazo, las dianas, las idas a la iglesia y las mutildantzas, tanto las del día de Santiago al mediodía como las de cada noche a las diez; esta danza constituye una parte fundamental del programa festivo elizondarra.
Elizondoko Txistulariak entendemos y sentimos la mutildan-tza tal y como se ha transmitido a lo largo de generaciones, es decir, bailada por hombres. En este sentido, queremos subrayar que cada vez que en este escrito hagamos referencia al término mutildantza estaremos teniendo en cuenta única y exclusivamente esta modalidad de la danza que tiene lugar en los días, lugar y horas señalados.
Tras la tensión creada por la entrada de mujeres en las mutildantzas nocturnas de las fiestas de Elizondo de 2007 iniciamos un periodo de reflexión en el que realizamos varias reuniones con mutildantzaris habituales. Tras las mismas, Elizondoko Txistulariak decidimos que si en las fiestas de 2008 volvía a ocurrir lo mismo, dejaríamos de actuar como txistularis de Elizondo (esto afectaría a todas las actuaciones que desde siempre se realizan a lo largo del año y que nosotros hemos intentado mantener). Así se lo hicimos saber al entonces jurado, Rafa Olaizola. Curiosamente, durante las fiestas de 2008 ninguna chica entró a bailar, hecho que nos sorprendió, y mucho, tanto a txistularis como a mutildantzaris.
Hacia abril de 2009, el actual jurado, Xabi Torres, nos convocó a una reunión en la que, además de informarle de las ocasiones en las que en Elizondo se ha tocado el txistu tradicionalmente, le comunicamos lo mismo que al anterior jurado: en caso de que mujeres entraran a bailar en las mutildantzas de la noche en la plaza, este grupo abandonaríamos nuestra labor como txistularis del pueblo. Asimismo, le comentamos que, si lo consideraba oportuno, podía contratar otros txistularis para evitar así dicha posible situación. Él nos respondió que quería que Elizondoko Txistulariak fuéramos los txistularis de Elizondo.
El día 25 por la noche dos chicas entraron en el corro de la mutildantza. Éste se deshizo al instante y prácticamente en su totalidad. Sólo quedaron dos chicos y dos chicas. Nosotros, siendo fieles a lo que aprendimos de quienes nos precedieron y a los dan-tzaris y gentes que piensan como nosotros, optamos por dejar de tocar.
Al día siguiente nos entrevistamos con el jurado para hablar de lo ocurrido. Él ya conocía lo sucedido. Mantuvimos una larga conversación. Mostramos nuestra mejor disposición para lo que considerara oportuno. Él ya era conocedor de nuestra postura desde que nos reuniéramos allá por el mes de abril. Nos comentó si proponíamos algo y le manifestamos que quien debía proponer algo, en todo caso, era él. Nos preguntó si estaríamos dispuestos a tocar sólo las dianas, a lo que respondimos que entendíamos la labor de los txistularis del pueblo como un todo y que, en consecuencia, dejaríamos de tocar por completo. Quedamos a la espera de que por la tarde nos comunicara su postura. Así, en conversación telefónica el jurado nos informó de que él y sus kargodunes habían decidido "no intervenir". Desde ese momento Elizondoko Txistulariak, tal y como ya habíamos adelantado, dejamos de tocar en Elizondo.
Han sido muchísimos años de dianas, mutildantzas y demás actuaciones en el pueblo, pero una mínima coherencia con lo que nos han enseñado y con lo que sentimos, nos obliga a tomar esta difícil decisión. Más difícil si cabe teniendo en cuenta que ánimo y ganas de seguir no nos faltan.
No sería justo terminar este escrito sin ese capítulo de agradecimientos que normalmente suele servir para quedar mal con mucha gente. Queremos en primer lugar dar las gracias por su generosidad a restaurantes y bares, siempre con sus puertas abiertas desde el comienzo de las dianas hasta el aperitivo cuando éstas se alargaban. Gracias también a todas esas sonrisas y saludos anónimos que cada mañana y cada noche nos han recordado que todo esto merece la pena. Y por último, un agradecimiento muy especial a los mutildantzaris, verdaderos protagonistas de la mutildantza. No olvidemos que, si bien la del mediodía de Santiago constituye uno de los actos más importantes de las fiestas, han sido las de las noches y los dantzaris que habitualmente las han bailado quienes han hecho que esta manifestación tan característica de nuestro folklore haya pervivido hasta nuestros días. Esker mile eta aunitz urtez!
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