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Martxel Rodriguez quiere ser profeta en su tierra
El joven bailarín profesional lesakarra, que trabaja en Dinamarca, vuelve el sábado a su pueblo con la compañía Dantzaz
Martxel Rodriguez tiene 24 años y siempre le ha apasionado el baile. Empezó a bailar euskal dantza a los 6 años, jazz y ballet a los 7 y danza contemporánea a los 19, compaginando sus estudios de Biología en Bilbao con las clases semanales en el Dantzagunea de Arteleku (Martutene) para bailar en Mugi, una especie de célula de alto rendimiento para jóvenes bailarines y profesionales del sector. De pequeño ganó varios concursos de aurresku y otras modalidades de Euskal Herria, una base que “como todo lo que se hace o lo que se deja de hacer, tiene su utilidad. Seguro que lo aprendido de pequeño me ha podido ayudar en alguna disciplina del baile contemporáneo, aunque creo que mirar demasiado al pasado es la manera perfecta de perder el tiempo”.
Por lo tanto, el bailarín lesakarra mira adelante y el futuro mas cercano pasa por la actuación en la sala Txokobiko de la Casa de Cultura Harriondoa. Según señala respecto al espectáculo del sábado, “es la primera vez que se presentaran Itzalak y Txoriak en el mismo programa. Son dos piezas totalmente diferentes: en la primera, el coreógrafo Paolo Mohovich, con ayuda de la música del bilbaíno Juan Crisóstomo Arriaga, presenta diferentes imágenes de la masculinidad y feminidad estereotipadas que invitan al público a la reflexión. En la segunda, el coreógrafo Josu Mujica seleccionó diferentes fragmentos de obras de Mikel Laboa para crear una pieza donde los bailarines se encuentran en un manicomio y viajan por diferentes planos dentro de su locura. Las dos piezas son totalmente diferentes pero tienen un elemento básico en común, el humor”.
Es la primera vez que Dantzaz actuará en Lesaka pero para Martxel Rodriguez no es nuevo bailar en su pueblo, bien con Tantirumairu Euskal Folklore Taldea, bien con el grupo de ezpatadantzaris, del que fue capitán el año pasado. Dicen que nadie es profeta en su tierra, y ese es un tema que tampoco preocupa en especial a Rodriguez. “Siempre es especial bailar para gente conocida y que te aprecia”, comenta. “En cuanto a los nervios, creo que serán menores que el día de San Fermín, ya que esta vez vamos a presentar dos piezas coreográficas que buscan diferentes reacciones en el público. Si gusta, bien, y si no, también”, añade.
En Dinamarca Dantzaz Konpainia es una plataforma para jóvenes bailarines de toda Europa para conseguir trabajo en el mundo de la danza. Gracias a esta intensa etapa, Martxel Rodriguez ha conseguido llegar a la compañía en la que trabaja actualmente: Black Box Dance Company en Holstebro (Dinamarca). “Desde octubre hemos trabajado en el programa Push que ha sido presentado en diferentes zonas de Dinamarca, Donosti y Basauri. Actualmente no estoy en Dantzaz Konpainia, pero tendré el placer de bailar una vez más con ellos en Lesaka”, señala el bailarín lesakarra. Aunque el próximo otoño va a salir de gira con el grupo danés, desconoce si podrá volver a bailar nuevamente cerca de sus familiares y allegados, “aunque no será fácil”.
El baile le ha dado oportunidad de conocer mundo, de ir de aquí para allá. “Gracias a Tantirumairu Dantza Taldea he podido conocer zonas de México, Argelia y Turquía. Con Dantzaz Konpainia ha viajado mucho por Europa: Euskal Herria, España, Francia, Italia…. Y con Black Box Dance Company he viajado por Dinamarca e Israel”, remarca. Es consciente que viajar es parte de su trabajo, “algo que puede ser agotador, pero el cansancio no se puede reflejar en el escenario; es igual que hayas hecho un viaje de 8 horas o de 20 minutos, el espectáculo no se puede resentir”.
Países y escenarios, cada cual con sus peculiaridades. Martxel Rodriguez comenta que “cada teatro tiene algo diferente o algo que lo hace único, pero por ejemplo me sorprendió mucho el tamaño y forma del Auditorio de Tenerife. Respecto al público, aunque pueda sonar a tópico, es verdad que siempre en cada espectáculo hay diferentes sensaciones. Recuerdo muy gratamente la calurosa ovación recibida en Turín el día del estreno de Itzalak, la pieza que precisamente presentaremos en Lesaka. También será difícil de olvidar la actuación que hicimos en el Teatro Gayarre de Iruña, tanto por el público como por el espacio escénico”.
Desde el miércoles ya no quedan entradas para el espectáculo del sábado, así que Martxel simplemente quiere animar a la gente a “que venga a disfrutar de la energía que los jóvenes bailarines de Dantzaz transmiten, y reflexionar sobre diferentes temas que se tocan en el programa”.
Aunque trabaja en una compañía danesa, Martxel Rodriguez colaborará el sábado con Dantzaz, donde aprendió a volar en la danza contemporánea.
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