Cierre entregado del Mes de la Danza

El Premio Revelación del presente año, Jon Vallejo, solista del Ballet de la Ópera de Dresde, encandiló al público, en dos registros diferentes: el clásico 'Coppelia' y el contemporáneo 'Simple Pleasure'. Vallejo fue simplemente inmenso, con sus potentes saltos y sus vibrantes ejecuciones. Dos clásicos, 'El lago de los cisnes' y 'Corsario' fueron la atrevida oferta de Allister Madin, acompañado en la segunda obra por Marina Guizien. El resto de la gala ofreció un amplio abanico de posibilidades: la emotiva psicodanza de Verdini, los dos caminos diferentes trazados por Aukeran y Kukai a partir de la danza tradicional, el personal estilo de Thierry Malandain, la belleza plástica del barroco según Juan Carlos Santamaría, los humorísticos 'Björk Duets' de Dantzaz, las espectaculares composiciones gimnásticas de Acroindar o la primera incursión del claqué en este evento, de la mano de Tapeplas. Mérito tiene realizar, año a año, una gala de tales características con el único estímulo de involucrar a los bailarines por amor al arte. Esta declaración de intenciones posee mucho de utopía, pero, probablemente, sea un filón que se agote en sí mismo. Siendo muy loable el trabajo de la Asociación de Profesionales de Danza de Gipuzkoa, más engrandecería el evento obtener un patrocinador que apostara más allá de las palabras y de la foto por la danza.