El acto, impulsado por la asociación de amigos del carbonero, se celebró en el gayarre. La música, las dantzas y un homenaje a diez de los antiguos alumnos de la Escolanía San Antonio centraron el festival

Precisamente, fue el reconocimiento a estas personas el acto que dio el pistoletazo de salida del festival, al que acudieron más de 300 personas. A continuación tuvo lugar el espectáculo Argi Soinua (Luz y sonido) , mediante el que se recreó el solsticio de invierno. Un juego de luces y sonidos del invierno invadió el coso del Teatro Gayarre. El ruido del ioaldunaz o de las campanas, así como gaiteros, trikitixa o txalaparta ambientaron a los asistentes. Asimismo, los grupos de dantzas de Oberena, Duguna y Monteagudo llenaron el escenario con sus bailes. Y todo con un sólo objetivo: conmemorar el 50º aniversario de una tradición que ya está plenamente consolidada en el calendario pamplonés. Y es que, como reconocían los presentadores del espectáculo, Olentzero ha vivido momentos complicados a lo largo de su historia, dificultades que, sin embargo, no impidieron al carbonero desfilar todos los años por las calles de Pamplona. "Aunque eran otros tiempos y había otras formas de pensar, la ilusión ha sido siempre la misma", reconocía uno de los presentadores del acto, Martxelo Sotés.

actuación de muthiko alaiak El festival fue in crescendo y alcanzó su punto álgido con la actuación del coro de Muthiko Alaiak, que acompañado de trikitilaris, txistularis, ioaldunak y participantes en el Olentzerto interpretaron dos de las piezas que cada Nochebuena invaden las calles pamplonesas: Hauxe da gaba y Olentzero . Una bonita imagen en la que no faltó la presencia del admirado carbonero.

Asimismo, durante el acto homenaje se proyectaron numerosas imágenes que condensaron la historia de los cincuenta desfiles que Olentzero ha protagonizado en Pamplona, especialmente, de los de 1967 y 1968, porque "fueron de los años que más fotografías hemos conseguido". >