Tolosa vibró con un Alarde participativo

Las compañías de los escopeteros homenajearon a Joxelu Andueza en el Alarde del mediodía

Las calles, los portales y los escaparates de los comercios amanecieron engalanados de ramas de fresno y el zortziko se mezcló con el ruido de las escopetas, las cajas, el txistu y el sonido de los cascabeles que colgaban de las medias de los dantzaris. A primera hora de la mañana, la tradicional Misa Mayor de San Juan congregó a un gran número de fieles dispuestos a celebrar el día del santo uniendo tradición y liturgia. A la salida, las catorce compañías comenzaron a entrar poco a poco en la plaza Santa María al ritmo de las cajas y los txistus y acordonaron las esquinas, una detrás de otra. Con los seis gigantes en el centro, tras las campanadas, los txistularis comenzaron a tocar iniciando así la procesión en dirección al Ayuntamiento.

Después llegaron los bordondantzaris de Udaberri, donde por primera vez las chicas del grupo bailaron el zortziko sanjuanero. Siguiendo el principio de laicidad de las instituciones públicas, la corporación no asistió a la misa y de nuevo se incorporó a la procesión desde los soportales de la Casa Consistorial.

El siguiente foco de atención fue la plaza de Gorriti. Tras varias descargas, la procesión subió por la calle Mayor en dirección a la plaza Euskal Herria, donde a pleno sol se inició el alarde del mediodía. Al 30 aniversario de la compañía femenina Lizardi se unió el 25 de la compañía Uzturre y también el homenaje especial que la comisión del Alarde hizo en honor al concejal tolosarra Joxelu Andueza por su dedicación a esta iniciativa.

De esta manera, los representantes de las compañías cantaron una poesía escrita para la ocasión, el Kabi Alai y el alcalde entregaron un pequeño recuerdo a la familia de Andueza y posteriormente, se dirigieron las dos salvas generales, en honor a su memoria.

Por la tarde, el ambiente volvió a aflorar y las compañías de los escopeteros hicieron su aparición por segunda vez frente a la parroquia Santa María. La corporación también se unió a la cita y en compañía de los txistularis, Udaberri comenzó a bailar su conocido bordondantza.La jornada festiva finalizó con las emotivas descargas de Arramele y el Triangulo, donde el alcalde bailó el Agurra por segundo año consecutivo junto a la teniente de alcalde.

Al anochecer, los dantzaris, músicos y la corporación se desplazaron al Prado Grande para despedir a San Juan y los fuegos artificiales pusieron el broche de oro a la fiesta.