La distancia entre Durango y Sestao sobrepasa los 40 kilómetros. Sin embargo, ambas localidades comparten que en este 2022 dos de sus entidades con más solera cumplen 60 años. Y las coincidencias no se ciñen solamente al aniversario sino también con su fundación. “Salleko Txistu eta Dantza Taldea nace a finales de los años 50 de la mano de un hermano del colegio La Salle de Sestao, que era exclusivamente de chicos. Se formó entre un grupo de antiguos alumnos del colegio interesados en la investigación de nuestra tierra a través de la música y la danza. Poco después, en el colegio Hijas de la Cruz, que era de chicas, se creó otro grupo. Fue en el año 1962 cuando ambos se fusionaron y nació como Salleko Txistu eta Dantza Taldea”, explica Carlos de las Heras, de la entidad de Ezkerraldea. Desde Tronperri Dantza Taldea de Durango, Onintze Villanueva explica que “en 1961 empezó a bailar un grupo de ocho chicos, que estaban promocionados por Don Eduardo, un cura, en pleno franquismo. No fue hasta 1962 es cuando el grupo se registró en el Gobierno Civil”.

En la actualidad, la agrupación sestaotarra cuenta con “unos 120 socios entre músicos y dantzaris de diferentes edades”. En Tronperri Dantza Taldea la pandemia les ha hecho mucho daño. “Es uno de los momentos más bajos”, reconoce Izaskun Aliende. Sin embargo, ambos grupos miran con ilusión a 2023 y los proyectos que intentarán poner en marcha. En Salleko organizarán “la muestra de folklore con más de 30 años de antigüedad con el fin de traer a Sestao el folklore de fuera de Euskadi así como el Umeen Euskal Jaia en la que juntamos a grupos de dantzaris txikis. Desde hace unos años celebramos el Bolanta Eguna (tradicional de Luzaide Valcarlos) y el Paloteado Eguna con el fin de aprender nuevos bailes de Nafarroa”, detalla De las Heras. En la villa durangarra esperan volver a organiza el Euskadi Jaialdia “con más de 50 años” de trayectoria. “Fue el primer festival que hubo en Durangaldea. Con esta idea nos fuimos a recorrer toda Euskal Herria para contratar a grupos que hicieran un espectáculo en Durango y que la gente conociera la multitud de danzas que hay en Euskadi”, comenta Villanueva quien lamenta que el año pasado no se pudiera realizar por la situación sanitaria.

A lo largo de estas seis décadas, ambos grupos acumulan multitud de anécdotas. “Hay miles. Con los fundadores, caerse de la caixa durante el baile, volverse a subir con costillas rotas y terminar el baile”, afirma Izaskun mientras su compañero Alberto Izagirre apunta que “bailar sin gerrikos”. A la mente le viene a Onintze aquel grupo de Zuberoa que “vino a pasar un fin de semana Durango porque les encantó cuando vinieron a actuar. Se metieron por Artekale, llegaron al final de la calle y dijeron: vamos a la autopista de nuevo porque esto no es Durango, aquí no hay bares. Tenían que haberse meterse en Goienkale pero se dieron la vuelta”. En Sestao los recuerdos van hacia el “robo de la ikurriña”, movimientos sospechosos del “escenario y que la gente del público tuviera que agarrarlo”, “caídas de ropa bailando en directo” o que los “músicos hicieran la prueba de sonido y un trozo del escenario se hundiera”. Por estas largas trayectorias hoy recibirán un Dantza Tradizionalaren Esker Onak.

Premios

Entrega. Hoy a las 19.30 horas en el Museo Guggenheim de Bilbao. Se puede seguir en deia.eus.

Galardonados. Recibirán un homenaje Juan Antonio Aroma, Kepa Junkera, Raimundo Flores ‘Mundi, Goizaldi Dantza Taldea, Ondalan Erraldoien Konpartsa, San Lorentzo Dantza Taldea, Iremiñe Dantza Taldea, Tronperri Dantza Taldea y Salleko Txistu eta Dantza Taldea.