Ridícula existencia

Crítica, Marta Carrasco

Un espectáculo duro e impactante y excelentemente construído e interpretado es lo que nos mostró la compañía de danza catalana de Marta Carrasco a su paso por Donostia.



Partiendo de textos de Cioran y Dostoievsky nos describe un mundo desolador, sin sentido, y sin atisbo de esperanza para la ridícula existencia del hombre, en una obra penetrante y difícil. El texto tiene una importancia vital en este espectáculo pero no podría adquirir la fuerza dramática que toma sin el resto de elementos escénicos a los que se encuentra fuertemente unido y que le proporcionan una densa y profunda dimensión en un registro totalmente visceral e irracional en constante contraste con la pulcra y expositiva explicación de las ideas. Al mismo tiempo, lo visual y lo corporal tiene una relevancia suprema. Imágenes irreales y absolutamente sugerentes, con una intensa carga emocional en cada instante, se suceden en una serie de cuadros escénicos elaborados con estéticas composiciones espaciales y una audaz escenografía que consigue combinar lo bruto y lo delicado haciendo hincapié en el lado más patético del ser humano, en un ambiente completamente surrealista.



El movimiento está reducido a lo absolutamente esencial y surge de algún lugar profundo del cuerpo donde encuentra conexión con emociones primarias, vitales y salvajes, totalmente alejadas de la elaboración mental.



Un humor muy duro, ácido y cruel, se combina con situaciones esperpénticas y, en ocasiones, espeluznantes que nos proporcionan esta visión desesperanzadora de la existencia humana.



Una soberbia y arriesgada pieza de danza-teatro que sacude al espectador con un amplio dominio en los ritmos escénicos y una tajante calidad artística.