Profunda ligereza

Crítica, Compañia Elirale

Pantxika Tellería presentó dos nuevos trabajos coreográficos en el marco del festival Le Temps D'aimer de Biaritz. Hiruki, un trío en el que propone una reescritura para tres de una pieza anterior y Lauki, un cuarteto en el que parte de un juego de presencias.



Con Hiruki desarrolla un trabajo abstracto, de puro movimiento, con el que construye un clima denso e intenso, al tiempo que limpio y transparente, oscilando entre la ingravidez y ligereza de los movimientos y la profundidad de las sensaciones que ellos desprenden.



Esta jóven coreógrafa de San Juan de Luz consigue instalar este clima desde el primer momento manteniéndolo con aplomo y serenidad a lo largo de toda la pieza. Utiliza una danza orgánica, en comunicación directa con los impulsos físicos del cuerpo y en la que sólo se habla a través del movimiento, sin apoyo de ningún elemento escenográfico. Corresponde a tres bailarines de excelente calidad dar vida a esta interesante composición en la que la aparente falta de contacto entre los intérpretes da paso a una comunicación más profunda y que produce un coherente resultado.



La segunda pieza, Lauki, parte de una atmósfera afín a la primera pieza para, seguidamente, romperla y evolucionar hacia una danza con elementos más teatrales en la que se explicitan contenidos más concretos, que, sin embargo, pierden coherencia aun manteniendo el interés a través de muy bellas formas así como sugestivas dinámicas.



Los bailarines hacen en todo momento un trabajo extraordinario, de enorme calidad y entrega y de gran precisión, en los sutiles y concretos matices de movimiento.



Por último, un creativo y sensible trabajo de iluminación contribuye a la entidad y solidez de toda la obra. La luz juega con la coreografía y los cuerpos y movimientos de los bailarines aparecen magníficamente dibujados dentro de un ambiente en total consonacia con la coreografía.