Miles de personas arropan a San Fermín de Aldapa en el día grande

la lluvia respetó a la procesión en la última jornada festiva de san fermín txikito

El día grande de las fiestas de San Fermín Txikito fue multitudinario. Pese a la amenaza de lluvia, miles de personas salieron a las calles para disfrutar con los bailes de los gigantes y de Duguna Dantza Taldea, escuchar la música de La Pamplonesa, asustarse de los kilikis y cabezudos y honrar a San Fermín de Aldapa, en una procesión de aproximadamente una hora que recorrió el Casco Viejo de la ciudad.

El bandeo de campanas de la basílica de San Fermín de Aldapa anunció ayer a las 12.30 horas la salida en procesión de uno de los santos más queridos por los pamploneses. En la plaza Corazonistas, cientos de personas lo recibieron con aplausos y vítores, mientras los miembros de Duguna Dantza Taldea bailaron una pieza en su honor. También estuvieron presentes en la comitiva Ane Nieva (alcaldesa txiki), Iosu Ibáñez, Paula Villanueva y Enara Zaratiegi (concejales txikis), junto a La Pamplonesa y La Comparsa de Gigantes y Cabezudos, que se unieron al recorrido en las inmediaciones.

Las jotas y la música fueron las protagonistas en las cuatro ocasiones en las que el desfile se detuvo para rendir honores a San Fermín de Aldapa. "La procesión va rezando, Casco Viejo de Pamplona; hoy es San Fermín Txikito, y la jota se emociona. Tradición, fe y alegría, por las calles de Pamplona; la procesión va rezando, y San Fermín se emociona", entonaron la rondalla Ecos del Arga y el grupo Gracia Navarra, en una pieza que la poetisa María Antonia Morales, de Artajona, preparó especialmente para este día.

Pero sin duda, el momento más emotivo llegó al final de la procesión, cuando el santo volvió a la basílica y fue recibido con el bandeo de campanas, el baile de los gigantes y un pasillo de kilikis, cabezudos y dantzaris, estos últimos con sus espadas en alto, haciendo un arco para el paso de la imagen.

dantzas en el ayuntamiento Dos grupos de dantzas de la ciudad tomaron ayer la plaza del Ayuntamiento para deleitar a los presentes con sus bailes y su música. En primer lugar, el grupo Añoranzas, de la casa regional de Castilla y León, puso la nota de color con sus faldas rojas, verdes y amarillas, al son de los gaiteros Celemín.

A las 13.30 fue el turno de los gaiteros de Pamplona y del colectivo Duguna Dantza Taldea, formado por dos bobos (nuevas incoporaciones) y 35 dantzaris, que bailaron su peculiar Ezpata-Dantza rodeados de cientos de personas. Los cascabeles que llevan en sus rodillas y el gorro de flores que lucen, hicieron más llamativa si cabe esta pieza en la que uno de los dantzaris era alzado por el resto -que cruzaban en lo alto sus espadas-, mientras que otro ondeaba la bandera verde con el escudo de la ciudad. Después, volvieron a la basílica de San Fermín de Aldapa para interpretar una última pieza. Antes de este acto -que cerró las fiestas en el programa oficial- y del recorrido en procesión junto a San Fermín de Aldapa, este grupo hizo el tradicional ondeo de bandera en el puente de Curtidores, a las 11.30 horas.

En cuanto a La Comparsa, también llevaba dos horas recorriendo las calles antes de unirse a la comitiva en procesión. El tiempo permitió que los más pequeños pudieran disfrutar y decir adiós a los gigantes, kilikis y cabezudos, que el sábado tuvieron que suspender su salida por la lluvia. La despedida se produjo en la estación de autobuses y, ahora sí, estos muñecos que arrancan sonrisas, se despidieron hasta el año que viene.

La Comparsa encabezó la comitiva, seguida por los dantzaris, el santo y La Pamplonesa. (IÑAKI PORTO)